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Las infestaciones de langosta del desierto recientemente descubiertas en Yemen, donde el conflicto dificulta seriamente su eliminación, representan una amenaza potencial para los cultivos de la región, según advirtió hoy la FAO. La Organización de la ONU insta a los países vecinos -Arabia Saudita, Omán e Irán- a movilizar equipos de vigilancia y control y tomar todas las medidas necesarias para evitar que estos voraces insectos alcancen las zonas de reproducción situadas en sus respectivos territorios.
Igualmente, se requiere una vigilancia estricta en Marruecos y Argelia, sobre todo en las zonas al sur de las montañas del Atlas que podrían convertirse en zonas de cría potenciales de langosta del desierto, que ya se están reuniendo en algunas áreas del Sahara Occidental, Marruecos y Mauritania, añade la FAO.
Los ciclones disparan la presencia de langostas
En la costa sur de Yemen, donde cayeron lluvias torrenciales asociadas con los ciclones tropicales Chapala y Megh, en noviembre de 2015, aparecieron en marzo grupos de insectos jóvenes sin alas y de adultos, así como bandas de insectos y al menos un enjambre aparecieron en marzo
«El alcance de la actual reproducción de langosta del desierto en Yemen no se conoce bien, ya que los equipos de vigilancia no han podido acceder a la mayoría de las áreas. Sin embargo, a medida que la vegetación se seca a lo largo de la costa, es más posible que se formen grupos, bandas y enjambres pequeños», advirtió Keith Cressman, experto de la FAO en la prevención de la plaga de langosta.
Cressman explico que existe un riesgo moderado de que la langosta del desierto se desplace hacia el interior de Yemen meridional, llegando tal vez en primavera a las zonas de reproducción del centro de Arabia Saudita y el norte de Omán.
Existe la posibilidad de que este desplazamiento continúe hacia los Emiratos Árabes Unidos, donde pueden aparecer algunos enjambres pequeños que transiten por el país antes de llegar a las zonas de lluvias recientes en el sureste de Irán.
La FAO está ayudando a los equipos técnicos del Ministerio de Agricultura e Irrigación de Yemen en las operaciones de vigilancia y control sobre el terreno en las zonas costeras infestadas, dentro del apoyo continuo de la Organización a los esfuerzos de este país para combatir la langosta.
La FAO también advirtió que en África noroccidental, pequeños grupos y quizás algunos enjambres pueden encontrar áreas de reproducción adecuadas en Marruecos (valle del Draa), Mauritania (cercanías de Zouerate) y Argelia. Además, pueden darse algunos casos de cría en pequeña escala de langosta del desierto en Libia suroccidental, pero a nivel reducido.
La Organización de la ONU hizo hincapié en la necesidad de vigilar atentamente en todas estas áreas durante los próximos meses para evitar que los insectos formen enjambres grandes y destructivos.
La situación de la langosta del desierto en otros países se mantuvo relativamente en calma en marzo, con ausencia de novedades importantes detectadas o previstas.
Una fuerza de la naturaleza
Los insectos jóvenes y sin alas de langosta del desierto pueden formar grandes bandas basadas en tierra. Con el tiempo pueden convertirse en enjambres de langostas adultas, que con decenas de millones de insectos pueden volar hasta 150 km al día empujadas por el viento.
Una langosta hembra puede poner 300 huevos a lo largo de su vida, mientras que un insecto adulto puede consumir el equivalente a su propio peso en alimentos frescos por día: alrededor de dos gramos. Un pequeño enjambre se come la misma cantidad de alimentos a diario que unas 35 000 personas. El impacto devastador que las langostas pueden tener sobre los cultivos supone una grave amenaza para la seguridad alimentaria, en especial en zonas que ya son vulnerables.
Se cree que las medidas de vigilancia de la langosta, alerta temprana y control preventivo han jugado un papel importante en la disminución de la frecuencia y duración de las plagas desde la década de 1960. Sin embargo, hoy en día el cambio climático está llevando a eventos meteorológicos más frecuentes, impredecibles y extremos y plantea nuevos retos sobre cómo vigilar y responder a la plaga.
La FAO opera un Servicio de información sobre la langosta del desierto que recibe los datos de los países afectados por la plaga. Esta información es analizada periódicamente junto con datos meteorológicos y del hábitat e imágenes por satélite con el fin de evaluar la situación actual de la langosta, ofrecer previsiones con hasta seis semanas de antelación y, en caso necesario, lanzar advertencias y alertas. La FAO también lleva a cabo misiones de evaluación sobre el terreno y coordina las operaciones de vigilancia y control, así como la ayuda en situaciones de emergencia provocadas por la langosta. Sus tres comisiones regionales sobre la langosta ofrecen formación de forma regular y fortalecen las capacidades nacionales en las tareas de vigilancia, control y planificación.