21 de Julio de 2016, Roma – Un manual técnico elaborado por la FAO y el ACNUR se convierte en una nueva herramienta que ayudará a las personas desplazadas a acceder al combustible que necesitan para cocinar sus alimentos, reduciendo al mismo tiempo el daño ambiental y los conflictos con las comunidades locales.
A finales de 2015, más de 65 millones de personas en todo el mundo se encontraban desplazadas como resultado de persecuciones, conflictos, violencia generalizada o violaciones de los derechos humanos, y muchas de ellas alojadas en campos de refugiados o en asentamientos improvisados, según ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
El combustible para cocinar alimentos es un recurso crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición de las personas desplazadas, así como de las comunidades que los acogen.
Pero el creciente número de refugiados y desplazados ejerce a menudo gran presión sobre los bosques, debido a la mayor demanda de combustible de biomasa, como madera y carbón vegetal. Si no se controla, este aumento de la competencia por los recursos naturales puede elevar también el riesgo de conflictos con la población local.
Y la sobreexplotación de los recursos forestales para obtener combustible puede conducir a la degradación de los bosques o la deforestación en zonas aledañas a los campamentos.
Existen además otros riesgos: un motivo de preocupación en las comunidades desplazadas son las enfermedades respiratorias provocadas por cocinar a fuego abierto o por el uso de tecnologías ineficientes. Donde la madera es escasa, la gente a veces dedica su salario o vende sus raciones de alimentos para comprar combustible. Los alimentos cocinados de forma insuficiente o saltarse las comidas debido a la escasez de combustible para cocinar también puede representar un problema.
Una evaluación paso a paso
El nuevo manual técnico «Evaluación de la oferta y la demanda de combustible de madera en situaciones de desplazamiento» contiene una metodología que los trabajadores humanitarios y los administradores de los campos pueden utilizar hacer frente a este desafío.
El manual describe paso a paso un proceso para evaluar las necesidades de energía y la naturaleza y disponibilidad de las fuentes locales de leña, y utiliza sistemas de información geográfica y de teledetección para mapear la distribución y los cambios en el tiempo de la biomasa leñosa.
La metodología se basa en datos de inventario de campo e imágenes satelitales de alta resolución y datos técnicos y socioeconómicos relevantes que permiten una evaluación en profundidad del suministro de combustible de madera y la dinámica de la demanda.
Uno de los lugares donde se ensayó sobre el terreno es el campo de Shimelba, en la región de Tigray el norte de Etiopía, establecido en 2004 y que ahora alberga a 6 000 personas con un acceso muy limitado a los recursos naturales.
A medida que la madera se va haciendo cada vez más escasa en esta zona, los residentes del campo tienen que caminar largas distancias -a veces hasta 9 horas- para recolectar leña. Según se ha señalado, la población local está descontenta con la situación, y las mujeres refugiadas -en particular- han expresado su preocupación por su seguridad durante su búsqueda de leña.
Guía para tomar decisiones informadas
En el caso del campo de Shimelba, el proceso de evaluación mostró una degradación de los recursos forestales y arbustivos. La metodología también ayudó a los administradores del campo a calcular las existencias de biomasa leñosa superficial disponible y a prever las variaciones de estas reservas.
Según los autores, el uso de su metodología permite a los administradores y otros actores sobre el terreno tomar decisiones mejor informadas. Los datos obtenidos pueden utilizarse para controlar el consumo de combustible y evaluar las tendencias, apoyar las decisiones de impulsar las actividades de forestación y reforestación o introducir cambios en la forma de obtener o utilizar el combustible, por ejemplo, con combustibles alternativos y tecnologías de cocción más eficientes.
El manual indica que la leña puede suministrarse a través de diversos sistemas arbóreos y forestales, como plantaciones forestales mixtas, o por medio de sistemas integrados de energía alimentaria que producen tanto alimentos como energía, como la agroforestería o los sistemas agrícolas múltiples.
La FAO seguirá ayudando a los refugiados y los desplazados internos sobre el terreno en colaboración con el ACNUR, ofreciendo asesoramiento técnico. Aumentar la resiliencia de las personas a las amenazas y las crisis es una prioridad esencial de la Organización de la ONU.