Efeverde.- Más de cincuenta investigadores de Latinoamérica y el Caribe y del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han elaborado una base de datos de especies de árboles de bosque seco basada en 1.602 inventarios florísticos de la zona
La base de datos, cuyas conclusiones se han publicado en la revista Science, “proporcionan, por primera vez, el marco científico” en el que las administraciones públicas pueden basar sus decisiones para la conservación de “sus bosques secos a escala regional y continental”.
6.958 especies
El estudio muestra que los bosques secos de Latinoamérica y el Caribe “poseen una notable diversidad de 6.958 especies de árboles y que son muy pocas las especies compartidas entre las diferentes regiones de bosque seco del Neotrópico, lo que significa que cada región posee especies exclusivas”.
Así lo señaló en un comunicado la investigadora italo-venezolana Rita Riina, del CSIC, y participante en un estudio que ha sido elaborado por la Red Florística Latinoamericana del Bosque Tropical Estacionalmente Seco (DRYFLOR) y el CSIC y coordinado por el jefe del Departamento de Biodiversidad tropical del británico Real Jardín Botánico de Edimburgo, Toby Pennington.
Primera fase
En declaración a Efe, Riina señaló que “esta ha sido la primera fase para conocer los bosques secos, la próxima será catalogar la vegetación, ya que sospechamos que hay flora en peligro de extinción, porque hay un gran grado de endemismo en algunas plantas al estar ubicadas solo en algunas áreas”.
“Y si tomamos en cuenta que son espacios sin protección, suponemos que habrá muchas especies en peligro o vulnerables” en estos “bosques secos que son fragmentarios y su distribución es por islas que van desde México hasta el norte de Argentina (a excepción de Guyanas), pasando por Brasil que tiene una gran proporción, al igual que todos los andinos, todo el Caribe y México, que es muy rico en ellos”, añadió.
Establecer áreas protegidas
En varios países queda menos del diez por ciento de su extensión original, según la investigadora del CSIC, lo que sugiere como “prioridad la necesidad urgente de establecer numerosas áreas protegidas en muchos países latinoamericanos para conservar toda la diversidad que los bosques secos albergan”.
Un bosque seco se caracteriza principalmente por una estacionalidad muy marcada, seis meses de época seca, durante la cual los árboles pierden el follaje, y seis de época lluviosa en la que recuperan sus hojas y “nadie diría que han pasado por esa sequía”, explicó Riina.
Su vegetación se caracteriza sobre todo por su adaptabilidad a los largos períodos de sequía, y la familia más dominante es la de las leguminosas, hay plantas desde pequeñas hasta las suculentas -que acumulan el agua en sus troncos y son las más llamativas-, o las que tienen espinas -que acumulan agua en sus tejidos como los cactus-.
El bosque seco ha sido la cuna de civilizaciones precolombinas y la fuente de importantes cultivos como el maíz, los frijoles (judías), el cacahuete (maní), y el tomate, que actualmente son de cultivo y consumo mundial, sin embargo, y “a pesar de su alto grado de destrucción, científicos y ambientalistas le han prestado muy poca atención”. Efeverde