La Hora del Planeta, que se celebra mañana por décimo año consecutivo, ha pasado de ser «una celebración espontánea» nacida de la mano de WWF Australia a convocar a más de 178 países, ha detallado a Efeverde Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España.
Hasta ahora, “calculamos que han participado casi 2.000 millones de personas en todo el mundo”, ha asegurado Del Olmo, quien se felicita de que “ahora todos dan ya por hecho la existencia del cambio climático pero, cuando empezamos a hablar de ello hace 20 años, tuvimos que superar todo tipo de obstáculos”.
En aquel momento, “la mayor parte de los países industrializados bloqueaban cualquier avance y las empresas contaminantes financiaban estudios que lo negaban”.
Pero en los últimos años “hemos visto la evidencia del cambio climático y estamos viviendo en directo, por ejemplo, cómo se reduce la cantidad de agua disponible”, por lo que la campaña de WWF “no ha hecho más que sumar gente” incluso cuando en la Cumbre del Clima de Copenhague en 2009 “las principales potencias mundiales bloquearon el proceso de negociación” para frenarlo.
El crecimiento de la iniciativa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) ha sido “absolutamente exponencial” y el “pequeño símbolo” de apagar la luz ha adquirido “mucho poder de cambio” hasta convertirse en “un movimiento global”.
Inicios de la Hora del Planeta
Esta iniciativa surgió en 2007 como idea para concienciar a sociedad, empresas y gobiernos y fue tan bien recibida que, un año después, ya era apoyada por 35 países.
España se sumó formalmente en 2009, cuando apagó por vez primera edificios emblemáticos como el Palacio Real y el Congreso de los Diputados en Madrid, la Sagrada Familia y la Torre Agbar en Barcelona o el Acueducto en Segovia.