“Las tortugas marinas son animales realmente extraordinarios e imprescindibles para mantener el delicado equilibrio de los océanos y de la vida en general de la Tierra. Hace más de 100 millones de años que cruzan las aguas del mundo y están presentes en todos los hábitats marinos.”
Es por eso que al celebrar el Día Mundial de la Tortuga Marina, tenemos que recordar la importancia de continuar el trabajo de conservación que se está llevando a cabo para proteger a estas criaturas increíbles, para que puedan continuar nadando por nuestros océanos durante miles de años más.
La fecha elegida conmemora el nacimiento de un famoso conservacionista que dedicó su vida a proteger a estos reptiles, defender su aporte al Medio Ambiente y a explicar al mundo su importancia: el zoólogo y herpetólogo Archie Carr, que nació el 16/6 de 1909 en Alabama y falleció a los 77 años en Florida.
Una vida muy complicada
Tras largas travesías nadando, cada año machos y hembras se encuentran en ciertos sitios que están grabados en su memoria genética, para procrear a las nuevas generaciones. Tras la cópula los machos generalmente vuelven al mar y las hembras se dedican a anidar, haciendo grandes pozos y enterrando sus huevos en la arena.
Una hembra puede desovar hasta ocho veces cada temporada. Las crías de tortuga nacen después de aproximadamente seis a ocho semanas y tras romper el cascarón, excavan hacia la superficie de la arena para encontrar su camino hacia el mar. Pero la vida de una tortuga marina resulta muy dura y aproximadamente uno de cada 1.000 bebés logran llegar a la edad adulta e iniciar el ciclo de nuevo.
Los aportes de las tortugas
Una de las cosas más fascinantes acerca de las tortugas marinas es que en cada momento de sus vidas tienen un impacto en los ecosistemas a los que pertenece en cada momento. Esto sucede de muchas maneras y es fundamental para la salud del Medio ambiente.
Un ejemplo de ello son los huevos, ya que los que no eclosionan se descomponen en la arena y proporcionan nutrientes para las plantas. Y cuando los pequeños nacen y se arrastran camino al mar, mueven una enorme cantidad de nutrientes, suministrando alimentos a los pequeños organismos vivos que pululan cerca de la superficie.
Cuando los adultos llegan a las playas de anidación también traen nuevos nutrientes del mar. Los huevos y las crías son una fuente importante de alimento para un buen número de predadores incluyendo aves, mamíferos y crustáceos. Ellos desentierran los huevos de tortuga marina y también cazan las crías mientras reptan hacia el mar. Una vez en el agua tampoco están seguras, ya que a los peces y a otras criaturas marinas también les gusta alimentarse de tortugas bebés.
Cuando las tortugas marinas crecen y alcanzan tamaños importantes es cuando el número de depredadores potenciales disminuye, aunque algunos tiburones y orcas se atreven a cazarlos. Y, por supuesto, por desgracia, la amenaza de la pesca furtiva del ser humano y de su muerte por negligencia, contaminación o intoxicación permanece. Las tortugas verdes son uno de los pocos grandes herbívoros que se alimentan de hierba de mar. Su pastoreo de la misma ayuda a mantener sanos los mares, de la misma manera que el pastoreo en tierra es importante para la salud de los pastizales.
La tortuga verde se come los brotes nuevos respetando las plantas de mayor edad, por lo que su sistema de alimentación tiene un gran impacto en el ciclo de los nutrientes, de hecho en las zonas donde las tortugas han disminuido y la hierba de mar no se “recortó” con eficacia, la biodiversidad y la densidad de otras especies de plantas y animales también ha mermado, incluyendo los peces que atrapa la población local para su propio suministro de alimentos. Los lechos de algas marinas cubiertos de hierbas también pueden afectar a las corrientes.
Las tortugas carey se alimentan de esponjas, lo que afecta a la biodiversidad global de las comunidades de arrecifes de coral, ya que las esponjas compiten agresivamente por el espacio con los corales formadores de arrecifes. Las tortugas carey pueden marcar la diferencia entre la supervivencia de las esponjas y los corales y ayudar a equilibrar la competencia de estos últimos, lo que les permite colonizar mayores espacios, proporcionan un hábitat clave para una gama más amplia de especies y a mantener el Medio Ambiente marino sano.
Una reflexión final
Cada vez que un ser humano interfiere de alguna manera en el ciclo vital de estos quelonios, ya sea haciendo el mal llamado “turismo ecológico de desove” (se han dado casos lamentables de interferencia durante las puestas), contaminando los mares con plásticos (las tortugas creen que son medusas y se comen las bolsas), cazándolas de manera furtiva, robando sus huevos o no molestándose en desengancharlas de redes y anzuelos, está contribuyendo a romper el equilibrio de cada ecosistema marino al que pertenece. Hay varias especies de estos grandes reptiles que se encuentran en grave peligro de extinción y las causas son casi exclusivamente antropogénicas.
Ya es hora de que tomemos conciencia que la Tierra es un planeta en el que vivimos una multitud de espacies y que existe una interrelación entre todas. El respeto por la vida se lo debemos a todos los seres vivos, no solo a los que nos parecen más simpáticos o nos sirven para algún fin.
Fuente: Medio Ambiente