Colombia da un nuevo paso a favor de los océanos este 1 de julio, cuando entra en vigencia un impuesto a las bolsas plásticas que busca contribuir a la meta nacional de reducir en 60 % la producción de este artículo.
Los establecimientos comerciales que entreguen bolsas a sus clientes deberán cobrarles un cargo de 20 pesos colombianos (aproximadamente 1 centavo de dólar) por cada bolsa. Esta tarifa se incrementará a 10 pesos (medio centavo de dólar) cada año, de manera que para el 2020 llegue a 50 pesos (2 centavos de dólar) por bolsa.
“Este impuesto apunta a una sostenibilidad ambiental que dependerá de la conciencia de cada uno de los colombianos”, indicó el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Luis Gilberto Murillo.
Colombia, un país integrante de la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente, ya redujo en 27 % el consumo de bolsas plásticas durante 2017 tras lanzar otras medidas que desincentivan su uso y promueven las bolsas biodegradables.
Las bolsas menores de 30×30 centímetros quedaron fuera de circulación desde el 31 de diciembre de 2016 y las nuevas deben tener capacidad suficiente para soportar más peso, así como mensajes alusivos al reciclaje y al cuidado del planeta.
Con estas políticas, enmarcadas en la campaña local Reembólsale al Planeta, el Gobierno y empresas privadas buscan disminuir de forma gradual el uso de bolsas en los siguientes años, hasta llegar a una reducción de 60 % con respecto a los niveles de 2016.
“Colombia avanza en la regulación de bolsas plásticas. Hemos visto en el último año un cambio en el hábito de consumo que sin duda tiene un impacto muy positivo a la hora de disminuir los efectos ambientales de residuos como el plástico”, sostuvo el Ministro Murillo.
Estos compromisos están alineados con la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente, que busca terminar para 2022 con la producción de microplásticos y plásticos de un solo uso.
Además de Colombia, los gobiernos de Brasil, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y la ciudad mexicana de Tijuana apoyan la campaña y se han comprometido a combatir la polución marina.
Según estimaciones oficiales y de la organización WWF, un colombiano usa 6 bolsas semanales, 24 al mes, 288 al año y 22.176 en un promedio de vida de 77 años. Un ritmo insostenible que causa impactos negativos a la salud de los océanos.
En la Conferencia sobre los Océanos, que se celebró del 5 al 9 de junio en Nueva York, Colombia ratificó el compromiso de aumentar la extensión de las áreas marinas protegidas del 8,59 % actual a al menos 13 % del territorio marino colombiano, por encima de la meta mundial de 10 % antes del año 2020.
Colombia es uno de los países con mayor diversidad marina a nivel global, con una línea costera de 2.900 kilómetros y un mar territorial que alcanza casi el millón de kilómetros cuadrados. En sus aguas habitan 2.600 especies marinas, 155 corales duros y 6 de las 7 especies de tortugas existentes.
La basura marina, en su mayoría formada por desechos plásticos, es una de las graves amenazas que se ciernen sobre los océanos. Actualmente se produce veinte veces más plástico que en la década de 1960.
Cada año, más de 8 millones de toneladas de plástico se descargan en los océanos, causando daños valorados en 8.000 millones de dólares a actividades económicas como la pesca, la acuicultura y el turismo. Si no se toman medidas urgentes, en 2050 los océanos podrían albergar más plásticos que peces.