México (EFEverde).- El sargazo gigante (macrocystis pyrifera), una macroalga de varios kilómetros cuadrados y que es esencial para los mares, ha visto disminuida su presencia en ellos, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

La ausencia de este alga se traduce en hambre para muchos animales marinos y es por eso que científicos mexicanos han documentado la forma en que la distribución de macrocystis se ha reducido gradualmente en la península de Baja California.

La doctora egresada del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Schery Umanzor, señaló que, tras varios buceos exploratorios en diferentes puntos de la bahía de Ensenada -donde era conocida la presencia del sargazo gigante-, no encontraron más que arena.

Sargazo gigante

Esta alga de extraordinario tamaño es una mancha parda sobre el mar que se encuentra anclada debajo del agua y puede llegar a medir hasta 30 metros de longitud. Su presencia es determinante para una multiplicidad de especies que la consumen como alimento, entre ellas especies de interés comercial como el erizo y el abulón.

“Es preocupante porque hay muchísimas pesquerías a nivel artesanal y comercial que dependen de los organismos que se asocian al kelp (alga)”, indicó.

A raíz de ello, la especialista encabeza un proyecto que iniciará con la reforestación de dos puntos en la bahía de Ensenada, mediante la colecta de juveniles procedentes de un manto saludable de sargazo gigante que se plantarán en dos de los sitios cercanos donde han documentado la desaparición de la macroalga.

Otra técnica que aplicarán consiste en la colecta de esporas de Macrocystis -equivalentes a las semillas de una planta-, que serán germinadas en laboratorio y después trasplantadas en la bahía de Ensenada.

Arrecifes artificiales

Este método resulta novedoso para la región, ya que se colocarán arrecifes artificiales a 10 metros de profundidad y manualmente sembrarán alga por alga en parches de 50 metros cuadrados.

Umanzor advirtió que las primeras etapas de este procedimiento son costosas, debido a la instalación de los sistemas de anclaje, hechos de metal.
José Antonio Zertuche, uno de los colaboradores del proyecto, consideró que la restauración va de la mano con la promoción de su cultivo, una metodología que ya está dominada y con la que recientemente experimentaron para desarrollar un modelo de acuacultura integral.

“El proyecto más reciente que tuvimos fue cultivarla en el mar” junto con animales, “en este caso en particular el abulón y ostión”, explicó.

La acuacultura integrada implica asociar animales con las algas, de manera que, al cultivarlos juntos, los desechos de los animales puedan ser aprovechados por las algas y así lograr que crezcan mejor y más enriquecidas.

La macrocystis pyrifera es un alga que ha sido explotada comercialmente en México desde la década de 1950. EFE
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