MIAMI — Derek Jeter no tenía necesidad de meterse en la empresa de reflotar a una franquicia de béisbol que lleva 14 años seguidos sin clasificarse a los playoffs, asfixiada por las deudas y que ha quedado última en concurrencia de la Liga Nacional en 12 de las 13 últimas temporadas.
El excapitán de los Yanquis podría haberse quedado disfrutando las mieles de su retiro, pasando más tiempo con su esposa Hannah y su hijita recién nacida, Bella.
Pero Jeter tenía entre ceja y ceja la ambición de incursionar como propietario de un club de Grandes Ligas, y aquí está a cargo de los anárquicos Marlins de Miami.
Valga una aclaración, Jeter no es el dueño principal. Ese es el empresario Bruce Sherman, dueño de una fortuna que amasó tras fundar un grupo de inversiones, y que se encargó de poner la mayor tajada en el financiamiento de la compra de los Marlins a Jeffrey Loria en el otoño pasado, a un costo de 1.200 millones de dólares.
OTRO DESMANTELAMIENTO
Una vez al mando de los despachos en el estadio techado en la Pequeña Habana, Jeter emprendió un método que ha sido reiterado y muy detestado en Miami: la purga salarial.
De un gasto que hubiera alcanzado los 140 millones, si mantenían intacto el roster del año pasado, la nómina se encuentra actualmente en 82 millones.
El resultado es que se presagia un 2018 calamitoso. Su rotación de abridores es tal vez la peor de todo el béisbol y, sin el campeón jonronero Giancarlo Stanton (25 millones de salario), Marcell Ozuna (9 millones) y Christian Yelich (7 millones), no podrán anotar muchas carreras. Los tres se combinaron para un OPS de .913, el más alto en las mayores para un trío de jardineros la pasada temporada. También cedieron al segunda base Dee Gordon (10,5 millones),
No descarten otros cambios. Su receptor J.T. Realmuto pidió ser canjeado, y podrían hacer lo mismo con los infielders Starlin Castro y Martín Prado para ahorrar más.
Perder 100 juegos o más es muy probable, pero la solución para un mejor porvenir ha sido que se debe comenzar de cero. Quizás lo que busca Jeter es una quimera, el que un equipo de béisbol prospere en Miami.
LAS CRÍTICAS
Los reproches hacia Jeter arreciaron ante el rumbo tomado por los Marlins, situación inusual para alguien solo supo disfrutar de éxito como torpedero en Nueva York y que en 2020 debe ingresar al Salón de la Fama en su primer intento.
Además de los canjes, Jeter fue criticado por el despido de asesores especiales del club, como Tony Pérez y Jack McKeon, el piloto del equipo que en 2003 ganó el segundo campeonato en la historia de la franquicia. También echaron a un scout cuando estaba hospitalizado y recibía tratamiento por cáncer del colon y hasta el empleado que se ponía el disfraz de la mascota.
«Contrario a la creencia popular, estamos recibiendo una cálida bienvenida de la gente y corporaciones que se nos han acercado y nos han dicho que quiere ser parte de este proyecto. La gente entiende que se necesitaba algunos cambios aquí», se defendió Jeter.
LOS PROSPECTOS
El traspaso de Stanton a los Yanquis más que nada fue para sacarse su enorme salario, así que llovieron más críticas al no recibir a prospectos de primer nivel. Mejor les fue con el traspaso de Ozuna a San Luis, obteniendo al lanzador Sandy Alcántara, y con Yelich a Milwaukee por los jardineros Lewis Brinson y Monte Harrison y el infielder Isan Díaz. Se trata de una importante infusión para reconstruir uno de los sistemas de ligas menores más débiles.
¿Y AHORA?
Pese a todos los cambios de personal, el manager Don Mattingly se expresó entusiasmado con las posibilidades para la próxima temporada.
«Probamente crean que estoy loco, pero estoy muy entusiasmado con lo que están pasando», señaló Mattingly, rumbo a su tercera campaña al frente.
Mattingly ha tenido que salir a responder a los cuestionamientos de incluso los rivales de los Marlins.
Tal fue el caso de Bryce Harper, el estelar jardinero de los Nacionales de Washington, quien se manifestó «aturdido» porque dejaron ir a uno de los mejores tríos de jardineros de las mayores, con Stanton, Ozuna y Yelich.
«Preocúpate por tus asuntos y nosotros nos encargamos de los nuestros», replicó Mattingly,
Lo cierto es que este equipo es un rompecabezas. Podrían ser como los Astros de Houston que enlazaron tres temporadas seguidas de 100 reveses entre 2011-13. Pero de repente todo el desbarajuste desembocó en un campeonato, como ocurrió en Houston el año pasado, y Jeter acabe reivindicado.
Eric Nuñez
mlb.com