El informe de operaciones que le entregó Ecopetrol a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) para el año 2016, demuestra que la empresa sabía sobre posibles fallas mecánicas y de revestimiento del pozo Lizama 158, el más probablemente culpable del derrame de petróleo que hoy tiene a Santander ante una emergencia ambiental sin precedentes en el país.

Así lo relevó un informe de Noticias Caracol, que tuvo acceso al documento de 300 páginas.  De acuerdo con el canal de televisión, en febrero de 2017, Ecopetrol le envió un informe de operaciones a la Anla en el que le dijo a la entidad que el pozo Lizama 158 estaba inactivo por problemas mecánicos y de revestimiento, y que estaban esperando la aprobación de recursos para el mantenimiento por parte de la Junta Directiva.

Anteriormente, Ecoetrol había dicho que el abandono del pozo en 2015, se había dado por su baja producción. De acuerdo con la información que le dio al Ministerio de Ambiente Ricardo Curán, vicepresidente de producción de Ecopetrol, en su mejor momento el pozo Lizama 158 solo alcanzó los 80 barriles diarios de producción, por lo que, dijo, la empresa decidió sacarlo de operaciones en 2015, pero solo fue parcialmente clausurado en 2017.

Además, la empresa ha negado de forma sistemática que los problemas detrás de la macha de crudo que hoy se extiende por cerca de 30 kilómetros tenga que ver con fallas estructurales del pozo. Eduardo Uribe, vicepresidente de sostenibilidad ambiental de Ecopetrol, dijo en una reunión en el corregimiento La Fortuna (Santander) que la extracción de petróleo es tan segura como montar en avión, es decir, que las fallas son excepcionales.

 

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