¿Te sientes incómodo cuando compras agua en botellas de plástico o pides un café con una tapa plástica?

Esperamos que sí, porque concienciar sobre el efecto de los desechos plásticos en nuestros océanos, la vida silvestre y en nosotros mismos es la misión que se propuso la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente, lanzada en febrero de 2017.

Nos hemos dado un plazo de cinco años para construir un movimiento global que haga frente al consumo excesivo de plásticos desechables y al uso de los peligrosos microplásticos en nuestros artículos de tocador y cosméticos.

La marea ya está empezando a cambiar. A un año del lanzamiento de la campaña, 42 gobiernos -que custodian más de la mitad de las costas del mundo- se han unido a la campaña #MaresLimpios, muchos de ellos con compromisos específicos para proteger los océanos, fomentar el reciclaje y reducir el consumo de plásticos de un solo uso.

En todo el mundo, las personas se han inspirado en la campaña para reevaluar su uso del plástico y ahora están presionando a sus gobiernos y al sector privado para que apliquen políticas audaces contra la contaminación.

Casi 80.000 personas han firmado el compromiso de #MaresLimpios para erradicar los plásticos desechables y microplásticos de sus vidas. Desde Bali hasta Panamá, están limpiando playas, catalogando la basura marina y cambiando su propio comportamiento, por ejemplo, usando bolsas de tela y llevando consigo tazas o cubiertos reusables, rechazando sorbetes de plástico y exigiendo la sustitución de los de vasos de plástico o las botellas desechables de sus oficinas.

La escala del problema exige una respuesta global. Cada año, alrededor de 8 millones de toneladas de plástico terminan en nuestros océanos, envenenando a la biodiversidad marina. Esa cantidad equivale a que un camión de basura arroje su carga en el mar cada minuto. En abril, el cuerpo de un cachalote fue encontrado en la costa sur de España y una autopsia reveló que murió por los 29 kilos de plástico encontrados en su estómago. Este, desafortunadamente, no es un caso único.

La prioridad de #MaresLimpios fue resaltar la escala del problema y el mensaje se escuchó alto y claro.

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La campaña Mares Limpios fue lanzada en un evento en Bali, Indonesia, en febrero de 2017. (ONU Medio Ambiente)

Decenas de miles de personas han visitado el sitio web cleanseas.org para obtener más información, mientras que miles de personas están usando #MaresLimpios y #SinContaminación por plásticos en Twitter e Instagram para etiquetar imágenes de las limpiezas de playas y para instar a sus amigos y seguidores a unirse a la lucha contra la basura marina.

El increíble equipo del velero Turn the Tide on Plastic, que participa en la vuelta al mundo de la Volvo Ocean Race, también está difundiendo el mensaje a través de su difícil recorrido. Su tripulación, la más joven y la única de ambos sexos que haya competido en los 45 años de historia de la regata, compite con los equipos de otros seis barcos en cuatro de los cinco océanos del mundo.

Y en Kenia, el Proyecto Flipflopi está construyendo un tradicional bote dhow de 60 pies con los desechos plásticos recolectados en las playas de la isla Lamu para crear conciencia en la costa oriental de África.

La conversación global que necesitamos está en marcha, pero aún queda mucho por hacer. Durante los próximos cinco años, #MaresLimpios tiene como objetivo crear un impulso imparable hacia una economía global verdaderamente circular. Eso significa valorar lo que usamos y pensar más sobre cómo usamos y reutilizamos los productos.

«Nuestro objetivo es redefinir la relación del mundo con los plásticos porque ese es el único camino para salvar nuestros mares. Solo transformando de raíz la forma en que consumimos podremos proteger a los océanos que sustentan la vida humana. Necesitamos una revolución», dijo Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente.

A fines de marzo, 42 países se habían adherido a la campaña, con muchos compromisos firmes, como la creación de reservas marinas o la adopción de planes nacionales de reciclaje y gestión de residuos. Estas son algunas de las promesas que ya se han hecho:

  • Bélgica, Brasil, República Dominicana, Panamá y Filipinas están elaborando o adoptando planes y legislación nacionales para combatir la basura marina.
  • Canadá, que tiene la línea costera más larga del mundo, está financiando programas basados ​​en la comunidad, como la limpieza de playas, y la continuación de investigaciones cruciales sobre el impacto de los microplásticos. También está elaborando reglamentos para prohibir la fabricación y venta de artículos de tocador que contienen microplásticos.
  • Indonesia se ha comprometido a reducir el desperdicio de plástico en 70% para 2030
  • Kenia, Jordania, Madagascar, Chile, Colombia y Francia han prohibido o se han comprometido a prohibir las bolsas de plástico de un solo uso o no biodegradables.
  • Israel pretende que 70% de sus playas estén limpias 70% del tiempo del año y está aplicando la prohibición de ciertos tipos de bolsas de plástico.
  • Dinamarca, Finlandia, Islandia y Suecia se han comprometido a aplicar el «programa nórdico» sobre un enfoque sostenible de los plásticos, que consiste en evitar el desperdicio de plástico, fomentar el reciclaje y promover una economía circular
  • Nueva Zelanda prohibirá productos que contengan microplásticos a partir de junio y está desarrollando opciones para deshacerse de las bolsas de plástico de un solo uso.

La campaña #MaresLimpios supervisará estas promesas y buscará que más países se comprometan con la acción. Pero los gobiernos no pueden luchar solos en esta batalla.

Las empresas son muy conscientes del despertar popular sobre los plásticos y están respondiendo: minoristas europeos se han comprometido con los pasillos libres de productos plásticos y algunos restaurantes han eliminado los sorbetes de plástico.

El sector privado es clave para el éxito. Es el hogar de los innovadores, los diseñadores de vanguardia y los líderes del pensamiento que pueden lograr un cambio duradero y tangible en los hábitos del consumidor y el diseño de los productos.

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Repensar la forma en la producimos y usamos el plástico es clave para enfrentar la crisis global de basura marina. (Pixabay)

DELL se ha asociado con la fundación Lonely Whale y otros en una iniciativa de código abierto para estudiar el desarrollo de la primera cadena de suministro de plásticos extraídos de los océanos. DELL está utilizando plásticos recogidos de playas, vías fluviales y áreas costeras para crear empaques para sus computadoras portátiles.

Durante el próximo año, #MaresLimpios reforzará sus alianzas clave con DELL, la Volvo Ocean Race, el 11th Hour Project, Musto, Lonely Whale, la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios y la Asociación de Hoteles de Phuket. Nos acercaremos a más compañías para aprovechar su experiencia en nuestra apuesta por promover una economía global circular y sostenible.

«Ya es hora de desacoplar permanentemente el desarrollo económico de la degradación ambiental. Queremos trabajar con las mentes más brillantes de la industria y los negocios para lograr eso», dijo Solheim. «Los próximos años decidirán quiénes son los líderes mundiales en nuevas tecnologías y materiales. Esta es una gran oportunidad para aquellos que se atreven a soñar «, añadió.

 

Conozca más sobre la campaña Mares Limpios de ONU Medio Ambiente.

Estos son los países que han unido a Mares Limpios hasta abril de 2018: Bahréin, Barbados, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, Ecuador, España, Filipinas, Finlandia, Francia, Granada, Indonesia, Islandia, Israel , Italia, Jordania, Kenia, Kiribati, Madagascar, Maldivas, Malta, Montenegro, Noruega, Nueva Zelanda, Omán, Países Bajos, Panamá, Perú, Polonia, Reino Unido, República Dominicana, Santa Lucía, Seychelles, Sierra Leona, Sudáfrica, Sri Lanka, Sudán, Suecia y Uruguay.