El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas ha lanzado un documento que prevé que el 68 % de la población vivirá en zonas urbanas de cara a 2050.
La causa reside en que parte de la población mundial desplazará su lugar de residencia de las áreas rurales a las urbanas y, a esta predicción, se unen las perspectivas de crecimiento demográfico, según las que cerca de 2500 millones de personas adicionales vivirán en las ciudades para esa fecha.
Se prevé que este aumento se producirá de forma desigual en términos geográficos y que, además, algunas de las urbes que actualmente presentan un mayor tamaño podría ver reducido su número de habitantes.
“La urbanización va a continuar y lo va a hacer más rápido en los países de ingresos bajos y medios”, señala Lina Bassarsky, oficial de asuntos de población.
Distribución del proceso
La población urbana ha aumentado de manera exponencial –desde 751 millones en 1950 a 4200 millones en 2018– y continuará con esta tendencia. Según el informe, el crecimiento previsto estará altamente concentrado: el 90 % tendrá lugar en los países de África y Asia, y tan solo India, China y Nigeria representarán el 35 % con 416 millones, 255 millones y 189 millones de habitantes respectivamente.
Actualmente, las áreas más urbanizadas son:
- América del Norte: 82 % de población urbana.
- América Latina y el Caribe: 81 %.
- Europa: 74 %.
- Oceanía: 68 %.
Pero Asia, a pesar de su bajo nivel de urbanización (cerca del 50 %), acoge al 54 % de la población urbana mundial, seguida de Europa y África con un 13 % cada una. África, en contraste, predomina la población rural, con un 43 % de sus habitantes viviendo en las ciudades.
Descenso de población en zonas urbanas y rurales
Algunas urbes han experimentado una disminución en el número de habitantes en los últimos años. La mayoría de ellas se encuentran en países con bajas tasas de fertilidad en Asia y Europa, pero la contracción económica, la inmigración y los desastres naturales también han provocado pérdidas de población. Esto ha ocurrido en las últimas dos décadas, por ejemplo, en ciudades del este de Europa, en países como Rumanía, Ucrania o la Federación Rusa. Sin embargo, se prevé que la tendencia se revierta de cara a 2030.
En cuanto a la población rural, se prevé que el crecimiento lento que se observa desde 1950 alcance su máximo en unos años: actualmente, este segmento alcanza los 3400 millones y se espera que, tras una leve subida, se reduzca a 3100 millones en 2050. África y Asia acogen a cerca del 90 % de la población rural a nivel mundial, con los 893 millones de India a la cabeza, seguidos de los 578 millones de China.
Las “megaciudades”
Estas ciudades presentan núcleos de población de más de 10 millones de habitantes y actualmente hay 43 en el mundo. A la cabeza de ellas, se encuentra Tokio, la urbe más poblada con 37 millones de personas, y, detrás de ella, Nueva Delhi con 29 millones.
En este sentido, se observan distintas dinámicas. En el caso de Tokio, se espera que la población empiece a disminuir a partir de 2020, mientras que Nueva Delhi continuará creciendo hasta convertirse en la ciudad más poblada en 2028.
No obstante, las mega ciudades no dirigirán el crecimiento demográfico urbano, sino que serán las urbes con menos de un millón de habitantes, especialmente en Asia y África, las que liderarán la tendencia. Mientras que en las primeras reside una de cada ocho personas, las últimas acogen a cerca de la mitad de la población urbana mundial.
Una urbanización sostenible
El informe pone de relieve que comprender cómo se desarrollará el proceso de urbanización en los años venideros resulta fundamental para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“La urbanización es un proceso que tiene que ver con los tres pilares del desarrollo sostenible: el económico, el social y el ambiental. Entonces, nuestro informe es una herramienta muy útil para los planificadores de políticas urbanas o de desarrollo en general”, señala la experta.
El aumento de la población urbana –sobre todo en los países de ingresos medios y bajos, que son los que lideran la tendencia– implica prestar atención a aspectos como el alojamiento, el transporte, la energía, los servicios educativos y sanitarios o el empleo para poder satisfacer las necesidades de los ciudadanos. “No se puede generalizar en cuanto a los efectos de la urbanización”, advierte Lina.
Por ello, los gobiernos deben emprender políticas que mejoren la calidad de vida tanto de los habitantes de las zonas urbanas como de las rurales, al mismo tiempo que fortalecen los vínculos entre ellas. Se trata de que los beneficios de la urbanización sean inclusivos, garantizando que todo el mundo, independientemente de su lugar de residencia, tenga acceso a trabajo decente, cuidados de salud, formación y un medio ambiente seguro.
“Un evento al cual este informe puede ser útil es la implementación de la nueva Agenda Urbana, que es justamente sobre los desafíos y las oportunidades que ofrece el crecimiento urbano en el contexto del desarrollo sostenible”, destaca la oficial.