Estas personas, que viven desconectadas y fuera del mapa, se reúnen en la India para devolver la vida a una tierra desértica, sanándose ellos mismos en el proceso.

«La selva es un vientre. El aire de los trópicos es como miel caliente, viscosa, pegajosa, llenando los oídos hasta que los sonidos del mundo exterior se han alejado. La gente viene de todas partes del mundo, gente a quien ya no le basta con la vida normal».

Son las palabras de la fotógrafa de Estocolmo Néha Hirve, que pasó dos meses documentando el bosque de Sadhana, una comunidad fuera del mapa de unas cien personas en Tamil Nadu, estado del sur de la India.

Los colonos europeos talaron los bosques secos tropicales de la región, antaño llena de árboles, para construir ciudades entre los siglos XVIII y XX, lo que ha provocado condiciones desérticas. En 2003, el bosque de Sadhana —la comunidad más pequeña dentro de Auroville, establecida en los 60— fue fundado por un hombre israelí llamado Aviram, que llegó con la misión de cuidar de la tierra mediante la reforestación. Desde 2015, voluntarios de todo el mundo han plantado más de 30.000 árboles.

Y, como descubrió Hirve mientras creaba su serie fotográfica FullShade / Half Sun, el bosque también devuelve.

«Muchos tienen temas personales que intentan tratar», afirma. «Estar en este entorno sencillo que está conectado a la tierra les da espacio para hacer frente a cualquier cosa por la que estén pasando».

Bajando el ritmo

Hirve, que descubrió Auroville mientras investigaba para su tesis de máster en la Universidad Mid Sweden, viajó a la India a principios de año.

Era una persona urbana con un reconocido problema para bajar el ritmo, por eso se vio obligada a adaptarse al ritmo tranquilo de la comunidad y, por primera vez, confiar en el proceso fotografiar el presente, en lugar de obsesionarse con el resultado.

Le sorprendió lo rápido que se adaptó a los estilos de vida alternativos, como vivir desconectada y consumir una dieta vegana. En una ocasión, cuando había poca energía solar, Hirve batió chutney para 40 personas pedaleando en una bicicleta con una batidora diminuta unida a sus marchas.

«Tardé bastante tiempo, como una hora y media, tuve que hacer lotes muy pequeños», cuenta risueña.

«Participé en la comunidad, hice lo que ellos hacían, ayudé a cocinar, a limpiar, a reforestar, que fue muy útil. Me consideraban más una de las suyas que una fotógrafa que había venido de fuera», añade.

Soluciones naturales

Uno de los muchos momentos «fantásticos y mágicos» captados mientras Hirve trabajaba muestra a un hombre arrodillado en el suelo con la cabeza metida en un agujero donde plantaría un árbol.

Los tonos y patrones de su ropa coinciden con los tonos y la disposición de la vegetación a su alrededor, una «metáfora de que el bosque se convierte en una cubierta para proteger a la gente del mundo exterior», afirma Hirve.

El proyecto tuvo problemas; en un momento dado las temperaturas subieron tanto que Hirve empezó a preocuparse por su película. Sin una nevera en el bosque de Sadhana, Hirve tuvo que viajar a una aldea cercana y colocarla en una heladería.

Full Shade / Half Sun pretende presentar al mundo la historia relativamente desconocida de Auroville y el bosque de Sadhana e instar a las personas a pensar en estilos de vida más conectados con la tierra.

«Con todos estos cambios medioambientales que ocurren en el planeta, necesitamos soluciones alternativas», afirma.

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