- El ciclista austriaco Michael Strasser está intentando alcanzar pedalear la ruta más larga del planeta, entre Alaska y la Patagonia, en tiempo récord.
- La expedición «Ice2Ice» tiene como objetivo demostrar la importancia de la movilidad sostenible en la mitigación del cambio climático.
- En el marco de este reto, Strasser se convierte en el primer ciclista en unirse a la campaña Héroes de Montaña de ONU Medio Ambiente.
23 de julio de 2018.- El ciclista austriaco de fama mundial Michael Strasser se aventura hoy en un desafío para recorrer en tiempo récord la ruta terrestre más larga, desde Alaska hasta la Patagonia, y llevar un mensaje a favor de la protección del planeta..
Con el reto, denominado “Ice2Ice” (De hielo a hielo), Strasser quiere demostrar que es posible utilizar opciones de transporte sostenibles en la vida diaria para contribuir con la mitigación del cambio climático.
“Significaría mucho para mí si pudiera motivar a cada persona que me sigue a tomar una bicicleta de vez en cuando, en lugar de su automóvil. Si mi aspiración es recorrer 23.000 kilómetros y 185.000 metros verticales en bicicleta, entonces todos pueden manejar uno u otro kilómetro en su vida diaria. Creo que si todos contribuimos con algo pequeño, algo grande puede venir», dijo Strasser.
A la par de este desafío, Michael se convirtió en el primer ciclista en unirse a la campaña Héroes de Montaña de ONU Medio Ambiente, que ya apoyan la esquiadora keniana Sabrina Simader y el escalador británico Ben Fogle.
«Estamos felices de darle la bienvenida a Michael Strasser a nuestro trabajo a favor de la protección de las montañas. Su mensaje es simple pero poderoso: todos y cada uno de nosotros podemos dar forma al futuro que queremos. Espero que Michael inspire a muchas personas», dijo el Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente, Erik Solheim.
«Me enorgullece apoyar a ONU Medio Ambiente y ser parte de su campaña Héroes de Montaña”, añadió Strasser.
La iniciativa busca aliarse con atletas extraordinarios para crear conciencia e inspirar acciones a favor de la protección de los ecosistemas de montaña, que albergan a millones de personas y brindan servicios ecosistémicos cruciales para todo el planeta, incluido el agua dulce.
Las montañas también son puntos clave para la diversidad biológica y famosos destinos turísticos.
El cambio climático está causando que plantas y animales únicos en las regiones montañosas comiencen a desaparecer y que los glaciares se reduzcan.
El cambio climático afecta desproporcionadamente al Ártico, la Antártica y las zonas de montaña, lo cual es muy visible por la pérdida de hielo y de las capas de nieve. En el período comprendido entre 1960 y 2003, los glaciares en la Patagonia y Alaska han perdido entre 35 y 25 metros de profundidad.
El aumento del turismo de montaña también ha creado fuentes de desechos que ejercen una presión adicional sobre estos hábitats frágiles.