Campeón del mundo, uno de los protagonistas en el Triplete de 2013, Fußballgott – la carrera futbolística de Bastian Schweinsteiger es impresionante. Un día antes de que el jugador se despida de los aficionados en el Allianz Arena con su actual club, Chicago Fire, los éxitos y la carrera de Schweinsteiger ffuera y dentro del campo fueron reconocidos al más alto nivel. El lunes por la mañana fue recibido en la cancillería regional bávara, por la tarde en el Museo del club en el Allianz Arena: un día marcado por su patria chica y el equipo de su corazón. Primero recibió la Orden al mérito de Baviera, posteriormente se convirtió en la 18.ª personalidad que accede al Hall of Fame del FC Bayern München.
Bastian, de 34 años de edad, manejó durante años los hilos del centro del campo bávaro y ahora ha entrado en el selecto grupo de leyendas del club, como Franz Beckenbauer, Gerd Müller, Sepp Maier, Lothar Matthäus o Philipp Lahm; un reconocimiento selecto, solo para los más grandes en la historia del equipo. «Es un gran honor ingresar en el Hall of Fame de un equipo tan grande, con tantas personalidades», declaró Schweinsteiger, que rebosaba orgullo y felicidad. En un día tan especial para él el excapitán de la selección alemana no quiso llegar con las manos vacías al museo del club y trajo un regalo único: desde este mismo día se puede contemplar la medalla de oro que conquistó en el Mundial de Brasil 2014.
500 partidos oficiales, 68 goles y 22 títulos con el Bayern
De canterano a leyenda del club. Bastian Schweinsteiger cuenta con una larga carrera en el Bayern. Oriundo de Kolbermoor, fichó por el juvenil del Bayern con 13 años y de 2002 a 2015 fue jugador del primer equipo, cosechando una grandísima cantidad de éxitos, casi más que cualquier otro jugador en los 118 años de historia del club. En 500 partidos oficiales con el Bayern Schweini anotó 68 goles y levantó 22 títulos. Ningún jugador ganó más Bundesligas o Copas de Alemania que él. «Bastian es en todos los sentidos un hombre récord», relató Karl-Heinz Rummenigge cuando repasó en éxtasis los títulos del jugador. «Ha ganado todos los títulos posibles», añadió el director general del Bayern.
Durante su carrera Schweinsteiger siempre tuvo a su lado a Uli Hoeneß. «Basti fue siempre un granuja, y así son siempre los grandes y pequeños errores que comete un granuja», explicó con paternalismo Hoeneß. «Cuando se le necesitaba en el campo, ¡él siempre estaba ahí! Ese es el verdadero carácter de un futbolista». Grandes palabras para un gran jugador con grandes compañeros. Pero quien tiene una carrera como la de Schweinsteiger, se merece tamaños honores. Y eso no es todo: Después de su partido de despedida el martes entre su «antiguo amor» y su actual equipo, el jugador podrá recibir el reconocimiento de los 75.000 aficionados que llenarán el Allianz Arena.
Orden del mérito de Baviera, un reconocimiento exclusivo
Pero antes de su reencuentro con el Allianz Arena Schweinsteiger recibió la Orden del mérito de Baviera. «Honor al que merece honor». Así comenzó su discurso Markus Söder, ministro presidente de Baviera, en el palacio del príncipe Carlos, en la cancillería regional bávara. La sala de mármol era el escenario ideal para otorgarle a Schweinsteiger esta «exclusiva» Orden que solo ha sido concedida a 2.000 privilegiados.
Los motivos para este reconocimiento lo enumeró Söder, entre ellos las 121 internacionalidades con Alemania, «un modelo a seguir», ya que ilustra «las virtudes del fútbol alemán» como ningún otro jugador. «Usted es bávaro, y ha hecho un gran trabajo para Baviera», añadió. «Las palabras ‘leyenda viva’ muchas veces se utilizan a la ligera, pero en este caso se corresponden plenamente».
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