Tania Cidoncha.- EFEverde.- Las elecciones de EE.UU. del próximo 6 de noviembre incluyen en Alaska una consulta popular que busca proteger de la actividad de las compañías mineras y petroleras a su icónico salmón, que para muchos locales más que un pez, es un estilo de vida.
La organización Apoyo al Salmón (Stand for Salmón), un grupo diverso de personas, empresas y organizaciones, lucha por sacar adelante la “Iniciativa 1”, dirigida a proteger el hábitat del salmón y limitar futuros megaproyectos que afecten el paso natural de esta especie.
La bahía de Bristol, con alguno de los mayores depósitos de cobre y oro sin desarrollar del mundo, es donde cerca de 40 millones de salmones inician su camino río arriba para desovar.
Pesca versus petróleo
Pero el sector pesquero de Alaska ya no es tan poderoso como antaño y la industria petrolera es ahora el motor de la economía local pero la situación puede empeorar, pues, según la organización “Sí al Salmón”, las corrientes de salmón no se recuperan y una vez que se desentierra un nido de salmón, este desaparece para siempre.
Cerca de la mitad del salmón rojo del mundo es producido en la bahía de Bristol, según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA) y su pesca emplea a más de 32.000 habitantes de Alaska y genera 1,7 millones de euros al año.
Mike Coumbe, director de la Fundación Conservar Alaska (AKConservation) , uno de los máximos defensores de esta medida, comentó a EFEverde que el salmón es la “llave” de la economía regional y de la “forma de vivir de los habitantes de Alaska“.
“Representa quienes somos y cómo vivimos”, dice Coumbe, que destacó que, por ello, no se puede poner aún más en riesgo un hábitat del salmón que sufre los efectos de tener “anticuadas y escasas leyes que no protegen adecuadamente a las comunidades que dependen de su sustento”.
Explica además que este pez es vital para las tribus indígenas, que suponen el 15 % de la población de Alaska, según datos del censo, así como para los pescadores de salmón o la pesca deportiva, “fuentes fundamentales” todas ellas de la economía estatal.
Apoya a Alaska
La iniciativa, que llegó a la papeleta electoral después de que el grupo Apoyo al Salmón presentase 49.500 firmas, cuando apenas eran necesarias 32.127, pretende garantizar que las comunidades y economías rurales puedan crecer junto con las rutas saludables de salmón.
Pero enfrente tienen a gigantes petroleros como Exxon Mobil y compañías mineras como Coeur Alaskay Hecla, y cuando se trata de recaudar fondos para la campaña, hay un enorme desequilibrio.
La campaña a favor de la iniciativa ha recaudado cerca de un millón de dólares, mientras los opositores, como la organización “Apoya a Alaska” (Stand for Alaska), han logrado más de once, con importantes contribuciones de petroleras y mineras.
Kara Moriarty, presidenta y primera ejecutiva de la Asociación de Petróleo y Gas de Alaska (AOGA), explicó a EFEverde que “no hay un problema real con el hábitat del salmón” y que esta medida ofrece “argumentos muy pobres para defender su postura”.
“El impacto económico para la comunidad en la zona sería desastroso si esta medida se llevara a cabo. No sólo para las minas, compañías petroleras o futuros planes de desarrollo, sino que sería devastador para las pequeñas empresas“, alegó.
Y la región necesita inversiones y trabajo, pues es una de las zonas con la mayor tasa de desempleo del país, con un estimado del 6,5 % en septiembre pasado, mientras el índice nacional es del 3,7 %.
Así que, en el referéndum de noviembre los alasqueños decidirán qué prima en el estado más salvaje y natural del país, si las perspectivas de bonanza económica o una posible amenaza a la futura presencia de un salmón que les conecta con la tierra y sus ancestros. EFEverde