LOS ÁNGELES — Es difícil creerlo ahora, después de todas estas victorias. Pero la era de Alex Cora en Boston comenzó con una derrota, brutal.

Era el juego inaugural de la campaña, a finales de marzo en el Tropicana Field. Ninguno de los movimientos dispuestos por el piloto boricua funcionó. El bullpen dejó escapar una gran ventaja y cayó por 6-4 ante los Rays de Tampa Bay.

Ningún fanático en Nueva Inglaterra lo admitirá ahora. Pero seguramente alguno dudó que Cora fuera la opción idónea para dirigir a los Medias Rojas.

«Así es el béisbol», afirmó Cora esa tarde. «Sabemos que esto puede ocurrir… Supongo que mejoraremos pronto».

Lo hicieron.

Con una presencia que infundió tranquilidad aún en las situaciones más apremiantes, Cora coronó una de las mejores campañas por parte de un manager debutante en la historia, y guio a Boston al título de la Serie Mundial.

Y al final llegó la «Cora-nación». Los Medias Rojas derrotaron el domingo 5-1 a los Dodgers de Los Ángeles en el quinto juego del Clásico de Otoño.

La victoria desató la celebración.

Numerosos fanáticos visitantes saltaron en el graderío del Dodger Stadium. Muchos más seguidores lo hicieron en todo el país. Y muchos en Puerto Rico se mostraron jubilosos por el éxito del hijo predilecto de Caguas.

«Los fanáticos en Boston son tan locos como los de Puerto Rico, no puedo imaginar lo que está sucediendo en Boston», dijo Cora durante la premiación.

En medio del festejo, el piloto tuvo palabras de aliento para sus coterráneos que siguen padeciendo los efectos del huracán María, el cual devastó la isla el año pasado. En una de las primeras actividades extradeportivas que Cora encabezó como manager de Boston, llevó a algunos peloteros a Puerto Rico, para que entregaran ayuda humanitaria antes de la campaña.

Ahora desea transportar algo más a la isla.

«Yo sólo quise ayudar a mi gente, y lo único que pido a los dueños es la posibilidad de llevar este trofeo con mi gente a Puerto Rico», comentó. «Eso sería grande».

Cora se convirtió en el primer piloto puertorriqueño y en el segundo latinoamericano de la historia que ha ganado la Serie Mundial. El venezolano Ozzie Guillén se había coronado con los Medias Blancas de Chicago en 2005.

Además, Cora es el quinto manager que ha ganado el cetro en su campaña de debut. Se unió a Bob Brenly (Arizona en 2001), Ralph Houk (Yanquis en 1961), Edie Dyer (Cardenales en 1946) y Bucky Harris (Senadores de Washington en 1924).

Llamado AC por sus peloteros, Cora prefiere un estilo discreto de dirigir. Suele usar una sudadera con caperuza en el dugout, en vez del mismo uniforme de los jugadores.

Y no alza la voz, salvo para hacer reclamos a los umpires.

¿Les grita a los miembros de su equipo?

«No, no. No lo hago», dijo antes del quinto juego. «Hablo con ellos y trato de estar en su misma sintonía. Si tengo algo que decirles, sólo me siento con ellos. Es algo informal».

Combina ese buen trato personal con sus grandes aptitudes estratégicas.

«Corálisis», llama a ese talento su agente Scott Boras.

En la Serie Mundial, dichas virtudes quedaron de manifiesto. Cora no falló a la hora de definir sus ajustes.

A diferencia de lo ocurrido en aquel duelo en Tampa.

Cora se convirtió en apenas el primer boricua y segundo manager nacido en Latinoamérica en ganar la Serie Mundial, igualando lo logrado por el venezolano Oswaldo Guillén (2005 al frente de los Medias Blancas).

Cora es también apenas el 5to dirigente que se corona en su primera temporada al frente de un equipo. También lo lograron Bob Brenly (D-backs del 2001), Ralph Houk (Yankees de 1961), Eddie Dyer (Cardenales de 1946) y Bucky Harris (Senadores de 1924).

 

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