Los gobiernos de la Unión Europea han apoyado este miércoles las normas que prohibirán a partir de 2021 los plásticos de un solo uso para los que existen otras alternativas –como vasos, platos, bastoncillos y pajitas para beber– e incluyen medidas para reducir la utilización de otros recubiertos con este producto.
Los Veintiocho han acordado a nivel de embajadores su postura de cara a las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre esta propuesta de normativa. La primera reunión entre ambos equipos negociadores tendrá lugar el próximo martes, 6 de noviembre. Las capitales han aclarado que los productos de plástico de un solo uso deben ser aquellos pensados para usar y tirar o para ser utilizados durante un periodo «corto» de tiempo. En este sentido, han pedido a la Comisión Europea que elabore unas directrices con ejemplos sobre lo que se debe considerar un plástico de un solo uso.
También han añadido a la lista de productos que serán prohibidos a partir de 2021, o dos años después de la aprobación de la directiva, los recipientes para bebidas de poliestireno y han incluido una excepción de dos años más, hasta 2023, para los platos con revestimientos de plástico.
Con respecto a aquellos productos para los que no existen alternativas adecuadas, los Veintiocho han acordado que deben tomarse medidas a nivel nacional para impedir un incremento de su consumo. Para ello han propuesto establecer objetivos nacionales, con la intención de conseguir una reducción «sostenida» de su uso a lo largo de un determinado periodo de tiempo. Además, los gobiernos de la UE han apoyado la propuesta de Bruselas para que los tapones y tapas de las botellas de plástico estén unidas al cuerpo de la misma. La directiva, han especificado, no se refiere a las botellas de cristal o metal.
En la misma línea, han reclamado que el diseño de este tipo de productos sea desarrollado «rápidamente» para evitar que los tapones de estos recipientes acaben contaminando el medio ambiente europeo. Por último, han apoyado la propuesta del Ejecutivo comunitario de obligar a los productores de plástico a cubrir los costes de su limpieza, pero además han añadido a esta exigencia a las compañías que importan plásticos de un solo uso a Europa.