En agosto, alrededor de 300 tortugas marinas en peligro de extinción fueron encontradas muertas en la costa sur de México, atrapadas en lo que se creía era una red de pesca abandonada. La muerte de las tortugas golfinas evidenció de forma dramática los peligros que representan los equipos de pesca perdidos o descartados, mejor conocidos como aparejos fantasma.

Las cifras son impactantes: cada año, más de 100.000 ballenas, delfines, focas y tortugasquedan atrapados en redes de pesca, palangres o trampas abandonadas o perdidas. Algunas de las redes fantasma pueden ser tan grandes como un campo de fútbol. Estos equipos hechos con plástico pueden demorar hasta 600 años en descomponerse en microplásticos, que contaminan los océanos.

Las aves marinas reúnen trozos de las redes para hacer sus nidos y luego pueden enredarse. El equipo fantasma también amenaza los arrecifes de coral poco profundos y daña la pesca, ya que mata productos del mar que de otra manera formarían parte de la captura mundial, lo que implica millones de dólares en pérdidas.

Si bien la conciencia pública sobre la contaminación por plásticos ha impulsado un movimiento global para eliminar los plásticos desechables de nuestra vida cotidiana, aún se conoce poco sobre el daño causado por el equipo fantasma, en parte porque sus efectos se producen en alta mar, lejos del escrutinio humano.

Se estima que entre 600.000 y 800.000 toneladas de equipo fantasma ingresan al océano cada año. Algunos materiales se pierden durante tormentas y otras se abandonan deliberadamente. Nick Mallos, director del Programa Mares sin Basura en Ocean Conservancy, dice que esta es una estimación conservadora.

 

 

Ocean Conservancy asumirá en enero el liderazgo de la Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma, y relevará en el cargo a Protección Animal Mundial. Mallos dice que hay un fuerte impulso en todo el sector pesquero para evitar la pérdida de más equipos, y recolectar y reciclar lo que ya está en nuestros océanos.

Lanzada en 2015, la Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma reúne a gobiernos, corporaciones del sector privado, la industria pesquera, organizaciones no gubernamentales y la academia para abordar el problema de las artes de pesca perdidas y abandonadas. ONU Medio Ambiente, que lanzó su campaña Mares Limpios en 2017 para alentar a los gobiernos, las empresas y las personas a actuar contra la contaminación por plásticos, también es parte de la iniciativa.

Para Mallos, la aceptación de todos los involucrados ha sido impresionante, pero se debe mantener el impulso para proteger la vida marina y las comunidades costeras.

La iniciativa promueve un Marco de Mejores Prácticas para la Gestión de los Equipos de Pesca a nivel mundial. El instrumento recomienda soluciones para prevenir y mitigar los impactos de los artes perdidos en toda la cadena de suministro de productos del mar, desde los fabricantes de equipos hasta los operadores portuarios, y proporciona estudios de casos sobre cómo se han logrado cambios en los programas de reciclaje de redes, la recuperación de artes abandonadas y las políticas de gestión de la pesca.

“Estamos viendo estas prácticas positivas implementadas en las cadenas de suministro con algunas de las empresas con las que trabajamos. La Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma está intentando que diferentes organismos de certificación incorporen estos estándares de gestión de equipos en estos diversos esquemas de certificación», dijo Mallos.

Algunas de las soluciones consideradas incluyen marcar los aparejos de pesca en la etapa de fabricación, promover el desarrollo de trampas de pesca biodegradables y fomentar diseños innovadores para facilitar el reciclaje de los plásticos utilizados por la industria pesquera. Los fabricantes también podrían ofrecer incentivos e instalaciones para que los pescadores devuelvan sus equipos al final de su vida útil. La clave es integrar completamente las artes de pesca dentro de una economía circular.

Sin embargo, la pesca ilegal sigue siendo un obstáculo para el progreso. A veces, los barcos de pesca ilegales desechan su equipo para evadir la detección, acciones legales o multas.

Junto con los esfuerzos para evitar la pérdida de aparejos, la Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma trabaja con socios para recolectar redes, líneas, trampas y anzuelos que ya se están desplazando silenciosamente a través de nuestros mares y reciclarlos para hacer nuevos productos.

La empresa danesa Plastix Global recicla el equipo recolectado en los proyectos de la Iniciativa Global en Gran Bretaña y Alaska, y los convierte en gránulos de plástico, tokens de plástico para festivales o supermercados, y artesanía local. En Chile, el proyecto Net Positiva proporciona a los pescadores puntos de eliminación para el equipo usado, con el que fabrica gafas de sol, frisbees, sillas y patinetas.

En todo el Mediterráneo, el Adriático y el Mar del Norte, Healthy Seas recoge el equipo fantasma y lo proporciona a la empresa Aquafil, que elabora Econyl, un hilo de nylon utilizado para crear ropa deportiva, trajes de baño, ropa interior y alfombras. Los creadores de Econyl dicen que es lo mismo que el nylon nuevo y que se pueden reciclar, recrear y remodelar una y otra vez.

Muchos proyectos de reciclaje de artes fantasmas involucran directamente a pescadores y comunidades costeras, que en el pasado a menudo se consideraban parte del problema. Hoy, dice Mallos, hay un reconocimiento de que el equipo fantasma es una situación de «perder-perder» para todos.

Soluciones innovadoras como estas estarán en el centro de la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente el próximo mes de marzo, cuando se reunirá para abordar algunos de los mayores desafíos ambientales del mundo. El lema de la reunión es Piensa en el Planeta. Vive Simple.

La Iniciativa Global espera que para 2030 el tonelaje global de equipo que se pierde en el océano anualmente sea igual o menor que la cantidad de equipo que se recupera, recicla y reutiliza.