Hace poco se comprobó una extraña correlación: la del cambio climático y el incremento de suicidios en México y Estados Unidos. Esta hipótesis se avala tanto por la medición de datos como por el hecho de que, al parecer, la violencia se incrementa de por sí en las regiones calurosas.

Según especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM que realizaron un estudio al respecto, las altas temperaturas sí inciden en la conducta, y pueden causar irritabilidad. Por eso, estos y otros expertos esperan un aumento de la tasa de suicidios para el año 2050, dependiendo de cuánto suba la temperatura.

Otro estudio reciente concluyó que el cambio climático 
está directamente ligado a los problemas mentales.

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Los investigadores evaluaron la información de 2 millones de personas escogidas al azar, así como la data meteorológica y climática disponible entre 2002 y 2012. De esta forma los científicos descubrieron que, mientras más expuestos estuvieran los individuos a fenómenos desatados por el cambio climático, peor era su salud psíquica.

Lo que más afecta son los desastres provocados por fenómenos climáticos, como el huracán Katrina, el cual incrementó la probabilidad de padecer problemas psíquicos en un 4%. Esto, que parece sacado de la literatura “cli-fi”, haría del cambio climático una verdadera amenaza al intelecto humano. Diga lo que diga Donald Trump.

Y es que estos problemas de salud mental pueden ir desde un estrés pasajero hasta el desarrollo de condiciones crónicas, como algunos tipos de depresión.

Otra conclusión desalentadora arrojada por dicha investigación fue que quienes resultan más afectados por estos fenómenos climáticos son los pobres y las mujeres, es decir, los grupos de por sí más vulnerables. Éstos tuvieron 60% más probabilidades de experimentar condiciones mentales patológicas durante los meses de mayor calor. Aún haría falta estudiar estos efectos en los niños, para saber cuánto podrían estar afectando su desarrollo cognitivo.

Los climas extremos y los fenómenos naturales que desatan 
podrían volvernos locos en 2050…

Según Nick Ovradovich, coautor del estudio, investigador del Media Lab del MIT y estudioso de las correlaciones entre el cambio climático y la salud humana, estos hallazgos no son sorprendentes, pero sí preocupantes:

Más estudios sobre este tópico serán útiles para ampliar las nociones de lo que el cambio climático puede hacer a la salud mental de la población en un futuro.

Gracias a la ONU, sabemos que la temperatura está aumentando dramáticamente y que, por lo tanto, es urgente hacer algo al respecto para salvar el planeta. Pero ahora sabemos, además, que también está en juego la salud psíquica colectiva, así como nuestra emocionalidad. 

Razones de peso para no abandonar la lucha contra el cambio climático pues, de otra forma, en 2050 podría haber también una crisis de locura.

ecoosfera.com