Correteando en centros comerciales, entorpeciendo el tráfico aéreo en el aeropuerto, peinando basureros en busca de comida o en la universidad, donde han atacado a estudiantes, los jabalíes parecen haber tomado una ciudad más conocida por sus rascacielos que por sus espacios verdes.
Aunque la imagen de una invasión pudiera sonar exagerada, las cifras del Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación (AFDC, en sus siglas en inglés) indican que las quejas por este conflicto entre humanos y fauna se han duplicado desde 2013, y en 2017 hubo más de 700 incidentes registrados, una media de casi dos al día.
La continua expansión de la ciudad por los vastos espacios verdes que la rodean -donde el único sonido que se oye es el trinar de los pájaros, la berrea de los ciervos o el gruñido de los jabalíes- está atrayendo cada vez más a multitudes de estos cuadrúpedos a las afueras de la metrópoli.
Pero la habituación de estos cerdos salvajes a los humanos (algunos de los cuales los alimentan como si de mascotas se tratase) ha suscitado algunas preocupaciones en materia de seguridad.
Mientras que algunos residentes acogen con satisfacción los avistamientos de los jabalíes como símbolo de buena fortuna y prosperidad, especialmente con la llegada del Año del Cerdo, los informes de ataques de las bestias muestran que se están convirtiendo en un serio peligro.
Para el director del Departamento de Conservación de la Fauna, Paul Crow, “la principal causa del desplazamiento de los jabalíes a territorio humano es la alimentación, que hace que pierdan sus instintos naturales”.
Gestión deficiente de los residuos urbanos
Los residuos urbanos mal gestionados a menudo contienen una gran cantidad de alimentos que resultan atractivos para la fauna y la gente a veces cree erróneamente que ayudan a los animales salvajes que “no tienen nada que comer“, señala Crow.
En su opinión, para evitar estas situaciones, es necesario un enfoque gubernamental integrado que combine gestión de residuos, construcción y diseño urbano.
Además, el Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación advierte de que no se debe interactuar con ellos directamente, ya que son animales salvajes, y considera que la alimentación de fauna silvestre debería estar tipificada como un delito, ya que altera la dinámica de la relación con el hombre.
Propuestas para la contención de los jabalíes
Un cerdo salvaje mientras cruza un camino, en Hong Kong (China). EFE/ Jerome Favre
Para aliviar las molestas intrusiones de estos animales en zonas urbanas, las autoridades están valorando una serie de medidas, no todas ellas certeras.
Así, un diputado hongkonés sugirió la liberación de depredadores en la naturaleza, pero cualquier animal lo suficientemente grande como para matar a un jabalí supondría una amenaza también para los humanos.
Por su parte, un funcionario propuso trasladar a los jabalíes a islas deshabitadas, pero esta medida no zanjaría el problema, ya que estos mamíferos son buenos nadadores, y así se puede comprobar en vídeos que circulan en la prensa y redes sociales, en los que se aprecia su destreza en el agua.
También se están intensificando las campañas de educación pública y se han encargado estudios sobre el diseño de contenedores de basura a prueba de jabalíes.
En cuanto al sacrificio de animales, hubo un tiempo en que se autorizó la puesta en marcha de dos equipos civiles de caza, pero se interrumpió en 2017 a consecuencia de la preocupación por los derechos de los animales y la seguridad pública.
Alternativas
Como alternativa, el AFDC ha lanzado un programa piloto para capturar y reubicar a los animales en áreas remotas: se les instalan microchips y a algunos se le coloca un collar equipado con un rastreador GPS, para poder localizarlos con facilidad.
“Desde la puesta en marcha de este programa, se han capturado un promedio de tres cerdos salvajes por batida. Esto indica una mayor eficiencia de captura que la de la caza, donde se cazaba un promedio de menos de un cerdo salvaje por batida”, explica Vivien Chan, de la AFDC.
Asimismo, a las hembras adultas se les inyecta un anticonceptivo que es eficaz durante unos cinco años, y también se está estudiando la viabilidad de la esterilización quirúrgica.
Hong Kong y su vasta red de espacios verdes
El veterinario Karthi Martelli, trabaja en el programa de esterilización y cree que se está “robando espacio a la vida silvestre para uso humano“, aunque Hong Kong cuenta con un destacable 40 por ciento de su extensión terrestre destinado a parques y reservas protegidas.
En ellos hay por supuesto jabalíes, pero también ciervos, puercoespines, nutrias, los amenazados pangolines, serpientes pitones gigantes y más de 530 especies de aves, algunas de las cuales están
en peligro de extinción.
Sin embargo, a la vista de los hechos, no parece que los jabalíes vayan a entrar en breve en esa última categoría. EFEverde