Rascacielos dentro de nubes de humo, atascos de tráfico y chimeneas son las primeras imágenes que vienen a nuestra mente cuando se habla de contaminación del aire. Pero este flagelo afecta mucho más que las grandes ciudades. Una nueva investigación ha puesto en evidencia que el aire interior de nuestros hogares también puede estar contaminado con un tipo de toxinas invisibles.

Los científicos de la Universidad de Colorado en Boulder han descubierto que cocinar, limpiar y otras actividades rutinarias pueden generar en un hogar promedio niveles significativos de químicos volátiles y partículados, lo que hace que los niveles de calidad del aire interior sean similares a los de las ciudades contaminadas.

Marina Vance, profesora asistente de ingeniería mecánica en dicha universidad, y su equipo monitorearon la calidad del aire dentro de una casa durante un mes, usando sensores avanzados y cámaras. Los científicos encontraron que incluso tareas básicas, como hervir agua sobre una llama, pueden elevar significativamente los niveles de contaminación. 

La contaminación del aire, que se ha descrito como la mayor amenaza ambiental para la salud, mata a alrededor de 7 millones de personas cada año y es responsable de un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades del corazón. En todo el mundo, 9 de cada 10 personas respiran aire de mala calidad, un problema que empeora en las comunidades más pobres.

La contaminación del aire en interiores causa alrededor de 4 millones de muertes cada año, principalmente en países en desarrollo de Asia y África, donde se utilizan combustibles y tecnologías contaminantes, como lámparas de queroseno y leña, para cocinar o calentar e iluminar hogares.

A medida que aumenta la conciencia sobre este desafío ambiental, se han planteado nuevas soluciones, que van desde purificadores de aire hasta plantas de interiores, para ayudar a eliminar las partículas peligrosas de nuestras casas.

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La tela de la cortina GUNRID. Foto de Inter IKEA Systems B.V. 2016 

Ahora, el fabricante de muebles sueco IKEA anunció la producción de una cortina que purifica el aire gracias a un proceso similar a la fotosíntesis. Un tratamiento a base de minerales en la superficie de la cortina GUNRID permite que la tela rompa los contaminantes del aire cuando entra en contacto con la luz interior o natural. 

«Una de nuestras áreas de enfoque es mejorar el acceso al aire limpio. Nuestro objetivo es reducir activamente los contaminantes del aire y permitir que las personas purifiquen el aire de sus hogares para el año 2030», dijo Lena Pripp-Kovac, responsable de sostenibilidad del Inter IKEA Group.

“La cortina purificadora de aire GUNRID es un paso en este viaje. Queríamos crear una forma sencilla, conveniente y asequible de limpiar el aire que no ocupara mucho espacio en las casas de las personas, así que nos preguntamos: ¿qué pasaría si pudiéramos usar textiles para limpiar el aire? Además de permitir que las personas respiren mejor aire en casa, esperamos que GUNRID aumente la conciencia de la gente sobre la contaminación del aire interior e inspire cambios de comportamiento que contribuyan a un mundo con aire más limpio», agregó.

La tecnología GUNRID fue desarrollada por IKEA junto con universidades de Europa y Asia, y proveedores e innovadores. Ellos esperan que esta invención proporcione oportunidades para futuras aplicaciones en otros textiles.

Es este tipo de pensamiento innovador será protagonista de la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que tendrá lugar en Nairobi, Kenia, del 11 al 15 de marzo de 2019. El lema para la reunión es Piensa en el planeta. Vive simple.

Como parte de su trabajo para combatir la polución atmosférica, ONU Medio Ambiente se unió a la Coalición Clima y Aire Limpio y a la Organización Mundial de la Salud para impulsar la campaña global Respira la Vida, que busca aumentar la conciencia sobre este desafío ambiental y apoyar iniciativas a favor de un aire más limpio en todo el mundo.

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Prototipo de la cortina GUNRID. Foto de Inter IKEA Systems B.V. 2016. 

Si bien muchos han acogido con satisfacción la innovación de IKEA, algunos críticos han dicho que el minorista debe hacer más para reducir la contaminación en sus procesos de manufactura. La compañía alega que durante años ha trabajado para reducir los químicos peligrosos y las emisiones en sus procesos.

«GUNRID es solo un ejemplo de todas las acciones que estamos tomando a favor de un aire más limpio», agregó Pripp-Kovac, e indicó que IKEA ha eliminado las sustancias químicas que se sospecha que son dañinas o causan reacciones alérgicas, incluidos los formaldehídos. También dijo que el mayor franquiciado de IKEA, el Grupo INGKA, apunta a lograr cero emisiones en sus entregas a domicilio para 2025.

En noviembre pasado, IKEA también lanzó la iniciativa Better Air Now! para convertir la paja de arroz que resulta de la cosecha del cereal – y tradicionalmente se quema-  en una fuente de material renovable para sus productos.

IKEA se ha comprometido a convertirse en “climáticamente positivo” al utilizar solo electricidad y calor de fuentes renovables en sus operaciones, y promover la generación de energía renovable in situ.