El Comité del Patrimonio Mundial, reunido en Bakú hasta el 10 de julio, inscribió el 6 de julio en su sesión de la mañana siete nuevos sitios culturales en la Lista del Patrimonio Mundial: 

El examen de candidaturas de inscripción continúa hasta el 7 de julio.

Los nuevos sitios inscritos son (por orden de inscripción):

 Tumbas de la cultura dilmun (Bahrein) – Construidas en el periodo 2050-1750 a.C., las tumbas de la cultura dilmun se extienden por un total de 21 sitios arqueológicos situados en la parte occidental de la isla principal de este país. Seis de estos sitios son necrópolis que albergan entre algunas decenas y varios miles de túmulos funerarios, sumando en total 11.774 sepulturas cuyas construcciones originales revestían la forma de torres cilíndricas poco elevadas. Los quince sitios restantes contienen 17 sepulcros regios construidos en forma de torres con dos niveles. Todas esas tumbas constituyen un testimonio de la primigenia civilización dilmun que floreció hacia el segundo milenio a.C., época en la que Bahrein llegó a ser una encrucijada comercial próspera, lo cual propició el surgimiento de un complejo sistema tradicional de inhumación del conjunto de su población. Por su número, densidad y magnitud, así como por la existencia de cámaras funerarias peculiares dotadas de alcobas, estos sepulcros presentan características únicas en su género en el mundo.

 Paisaje cultural de Budj Bim (Australia) – Situado al sudoeste del país, en la región de la nación aborigen gunditjmara, este sitio comprende tres elementos: el volcán Budj Bim; el Tae Rak (lago Condah), con las ciénagas de zonas húmedas de Kurtonitj; y el paisaje de crestas rocosas y grandes pantanos de Tyrendarra, en la parte meridional. Aprovechando las corrientes de lava del Budj Bim que unen esos tres elementos, el pueblo gunditjmara creó uno de los sistemas de acuicultura más vastos y antiguos del mundo. Integrado por una red de canales, diques y presas que retienen las aguas de las crecidas y forman embalses, ese sistema permite atrapar, almacenar y recoger la anguila “kuyang” (Anguilla australis). Durante seis milenios esta actividad piscícola ha constituido uno de los pilares socioeconómicos de esta nación aborigen.

 Vestigios arqueológicos de la ciudad de Liangzhu (China) – Situados en la costa sudoriental del país, en el delta del río Yangtsé, los vestigios arqueológicos de Liangzhu datan del periodo 3300-2300 a.C., esto es, de la era del neolítico tardío en China. Este sitio pone de manifiesto que en esta región ya existía entonces un antiguo Estado con una economía basada en el cultivo del arroz y un conjunto de creencias unificado. El sitio comprende cuatro partes: la zona de Yaoshan; la presa de contención superior, situada en la embocadura del valle; la presa inferior, situada en la llanura; y el lugar de asentamiento de la ciudad propiamente dicho. Estos vestigios constituyen un ejemplo excepcional de una antigua civilización urbana caracterizada por la construcción de obras y monumentos con tierra, la práctica de un urbanismo planificado, la creación de un sistema de conservación del agua y el establecimiento de una jerarquía social patentizada por la diferenciación de las sepulturas.

 Ciudad de Jaipur (India) – La ciudad fortificada de Jaipur, situada en el estado de Rajastán, al noroeste de la India, fue fundada en 1727 por Sawai Jai Singh II. A diferencia de otras ciudades de la región situadas en terrenos ondulados, Jaipur se estableció en la llanura y se construyó según un plano en cuadrícula interpretado a la luz de la arquitectura védica. Las calles están bordeadas por una línea continua de comercios con columnatas que se cruzan en el centro, creando grandes plazas públicas llamadas chaupars. Los mercados, puestos, residencias y templos construidos a lo largo de las calles principales presentan fachadas uniformes. La planificación urbana de la ciudad muestra un intercambio de ideas surgidas de las antiguas culturas hindú y mogol y occidentales modernas. Diseñada para ser una capital mercante, la ciudad ha mantenido hasta el día de hoy sus tradiciones comerciales, artesanales y cooperativas.

 Patrimonio de la mina de carbón de Ombilin en Sawahlunto (Indonesia) – Esta mina fue creada a finales del siglo XIX y principios del XX por el gobierno colonial neerlandés, a fin de extraer, tratar y transportar el carbón de un filón de gran calidad situado en una región aislada de la isla de Sumatra. La mano de obra se reclutaba entre la población local, a la que venían a añadirse personas condenadas a trabajos forzados por las autoridades coloniales neerlandesas en los territorios bajo su control. El sitio abarca diversos elementos: los pozos de extracción de mineral y la ciudad minera; las instalaciones para el almacenamiento del carbón en el puerto de Emmahaven; y la red ferroviaria que enlaza este complejo portuario con las zonas mineras. El sitio minero de Ombilin se concibió y realizó con un plan integral para la extracción de carbón a grandes profundidades, así como para su tratamiento, transporte y ulterior exportación.

 Sitios de tinajas megalíticas de Xieng Khuang – Llano de las Tinajas (República Democrática Popular Lao) – El nombre de este llano, situado en una meseta del centro de Laos, se debe a las 2.100 tinajas megalíticas de forma tubular, diseminadas por su territorio, que datan de la Edad del Hierro en este país (siglos V a.C. – V d.C.) y estaban destinadas a la ejecución de diversas prácticas funerarias. Este bien cultural en serie consta de 15 elementos que, además de contar con esas grandes tinajas de piedra tallada, poseen también discos de piedra, sepulturas accesorias, lápidas sepulcrales, objetos funerarios y canteras. El Llano de las Tinajas es el testimonio más importante de las construcciones y prácticas culturales humanas de la civilización de la Edad del Hierro en Laos.

 Conjunto de ‘kofun’ de Mozu-Furuichi – Túmulos funerarios del antiguo Japón (Japón) – Situado en una meseta que se alza en la llanura de Osaka, este sitio comprende 49 “kofun” o antiguos túmulos. Los “kofun” son de tamaños muy diferentes y pueden ser cuadrados o redondos, o bien presentarse en forma de ojos de cerradura, e incluso de conchas de moluscos marinos. Destinados a servir de sepulturas para personajes importantes, estos túmulos contienen diversos objetos funerarios como armas, arneses y distintivos honoríficos. Estaban decorados con “haniwa”, estatuas de barro en forma cilíndrica o figurativa con representaciones de casas, utensilios, armas y siluetas humanas. De los 160.000 “kofun” existentes en Japón, los que alberga este sitio constituyen el mejor ejemplo palpable de la riqueza cultural del Periodo ‘Kofun’, que se extendió desde el siglo III hasta el VI. Estos túmulos son ilustrativos de las diferencias existentes en esa época entre las distintas clases sociales y ponen de manifiesto la existencia de una cultura funeraria sofisticada.

 La 43ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial continúa hasta el 10 de julio.

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