En los últimos días, los incendios forestales han estado devastando la región amazónica brasileña. El número de focos de incendios registrados en la Amazonía brasileña en 2019 es uno de los más grandes en los últimos años.
El número de incendios forestales es mayor en las regiones amazónicas más afectadas por las prácticas de deforestación, ya que los incendios son una de las principales herramientas utilizadas para la deforestación, incluidos los provocados por los agricultores.
Ocho de cada diez de los municipios afectados por incendios también han registrado el mayor número de alertas de deforestación, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE) (1 y 2).
Danicley Aguiar, portavoz de Greenpeace Brasil, ha declarado: “Las acciones y políticas del gobierno de Bolsonaro animan a quienes destruyen el Amazonas y permiten que la deforestación continúe. Desde que asumió el cargo, el gobierno actual ha estado desmantelando sistemáticamente la política ambiental de Brasil”.
En los últimos días, el agua de los Rios Voadores, que transporta la humedad del Amazonas al sur y centro-oeste del continente, ha sido reemplazada por humo, que ha afectado a los estados de São Paulo y Paraná.
Entre enero y el pasado 20 de agosto el número de incendios aumentó un 145 % en comparación con el mismo período en 2018.
Los incendios forestales y el cambio climático operan en un círculo vicioso: a medida que aumenta el número de incendios, también lo hacen las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentando la temperatura general del planeta y la ocurrencia de eventos climáticos extremos, como grandes sequías.
Además de aumentar las emisiones, la deforestación contribuye directamente a un cambio en los patrones de lluvia en la región afectada, extendiendo la duración de la estación seca, afectando aún más los bosques, la biodiversidad, la agricultura y la salud humana.
Los recientes ataques del gobierno brasileño contra el Fondo para la Amazonía han dado como resultado el bloqueo de 288 millones de reales brasileños en donaciones de Noruega y Alemania.
Esto tendrá graves consecuencias para la lucha contra la deforestación y los incendios forestales en la Amazonía. A finales de 2018, las acciones de monitoreo y prevención de incendios forestales representaban el 47% del total de la cantidad asignada a proyectos apoyados por el Fondo, por un total de R $ 891 millones.
De este total, alrededor del 90% se destinó a proyectos implementados por entidades de la administración pública brasileña (gobiernos federales, estatales y municipales), revelando la importancia estratégica del Fondo para la conservación de la Amazonía.
Autor: Sergio Robles
Fuente: Greenpeace
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