Esta nueva reserva protegerá cerca del 42% del paisaje forestal que sigue intacto. El otro 58% no tendrá protección formal.
En el año 2000, el tamaño del bosque primario de Dvinsky era superior a las 1.150.000 hectáreas; en 2019, casi el 40% de esa área había sido fragmentada debido a la explotación forestal.
Tras muchos años de campaña, el gobierno regional de Arkhangelsk ha firmado un decreto oficial que establece la reserva.
Este decreto sale de un acuerdo previo firmado el 19 de abril de 2018 entre el Ministerio de Recursos Naturales de la Región de Arkhangelsk, las compañías madereras relevantes, WWF y Greenpeace.
Hoy celebramos una gran victoria. Desde el pasado 1 de octubre, una enorme superficie de 300.000 hectáreas de bosque virgen en la región rusa de Dvinsky ha sido protegida para las próximas generaciones.
La región de Dvinsky constituye un paisaje forestal intacto, de grandes áreas vírgenes dominadas por bosques no explotados.
Hasta hace pocos años, la parte central del interfluvio entre los ríos Dvina y Pinega se había mantenido en estado salvaje debido al acuerdo firmado hace un año incluía una moratoria a la explotación forestal y la construcción de caminos forestales precisamente en el corazón de esta área.
Esto no dejó completamente satisfechas a ninguna de las partes, pero ha permitido la protección de una vasta área de bosque virgen mientras mantiene una parte de los bosques para la explotación por parte de la industria forestal,sector que genera una parte importante de los empleos en los pueblos de la región.
El difícil acceso y el relativamente bajo rendimiento de sus suelos. Es uno de los últimos paisajes forestales intactos que quedan en esta zona de la taiga media de Rusia, y representa el tipo de bosque dominado por piceas.
Es uno de los paisajes forestales más valiosos de toda Europa.
En un planeta que pierde anualmente 2,5 millones de hectáreas de bosques de taiga, esta reserva de 300.000 hectáreas es una esperanza para preservar para las próximas generaciones una muestra viable de este tipo de bosque boreal.
Esta reserva forestal es importante para mitigar los impactos del cambio climático, ya que los bosques boreales viejos acumulan varias veces más carbono que los bosques secundarios.
Los bosques de abetos antiguos también son capaces de retener y regular la humedad durante las sequías severas, lo que los hace resistentes a incendios catastróficos.
Además, el mantenimiento de esta reserva, que es un freno al cambio climático, procurará un hábitat óptimo para especies salvajes propias de estos paisajes, como el reno, el lobo o el salmón.
Fuente e imágenes: Greenpeace
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