Los equipos del fútbol español también combaten el cambio climático y sirven de amplificadores para concienciar y educar a aficionados, empleados y jugadores

El Real Racing Club de Santander persigue el sueño de convertirse en el club más verde de España. Pero literalmente. El Sardinero, su estadio, de propiedad municipal, estuvo pintado hasta este año de azul y blanco, los colores de la ciudad. Pero el equipo decidió que había llegado el momento, coincidiendo con su regreso a LaLiga SmartBank, de teñirlo del verde de su escudo y bandera. Y no hacerlo de cualquier manera. Recolectaron 48 toneladas de vidrio para reciclarlas en la pintura necesaria con la que cubrir más de 4.000 butacas. Enrique Palacio, jefe de prensa del equipo cántabro, es consciente de que detrás de la original acción se alza un mensaje importante. Lo verde como referencia tanto de los colores del equipo como de su compromiso con el medio ambiente: “Llegamos a mucha gente y debemos servir de altavoz de diferentes problemáticas para, desde nuestro lugar, intentar resolverlas. Buscamos la forma más factible de transmitir la importancia de estos mensajes”, piensa.

Todos los fines de semana, millones de espectadores en todo el mundo ven los partidos de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank por televisión. Cientos de miles acuden a los estadios para vivir las jornadas de sus equipos. De lunes a viernes, además, miles también trabajan y se ven afectados por las actividades diarias de los clubes: entrenamientos, viajes, eventos… Como todo, el fútbol afecta al medioambiente y su capacidad de servir de ejemplo y de concienciar es enorme. David Baixauli, responsable de Proyectos Corporativos de LaLiga, dice: “Nos enfocamos en la puesta en marcha de iniciativas de carácter medioambiental con los clubes basadas en cuatro puntos: reducción de la huella de carbono, eficiencia en el consumo energético, gestión de residuos y uso del agua”. Para eso, LaLiga creó el programa Fair Play Social, del que ya participan 22 equipos. “Lo más importante es hacer notar a las instituciones el gran poder de concienciación que tienen. Los invitamos a promover prácticas para mejorar el medioambiente. Tienen una enorme capacidad educadora”, agrega Baixauli.

14 millones de personas acudieron la pasada temporada a partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank. En la foto, el Benito Villamarín, del Real Betis Balompié, repleto.
14 millones de personas acudieron la pasada temporada a partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank. En la foto, el Benito Villamarín, del Real Betis Balompié, repleto.

“Tu reciclaje te hará sentir y sentar más cómodo” fue el lema de la campaña que el Racing lanzó con la ayuda de Ecovidrio para pintar sus butacas. Entre el estadio, la ciudad deportiva y la sede del club colocaron diez contenedores para que los aficionados pudieran desechar su vidrio. No son los únicos que se vistieron de verde. Varios clubes de LaLiga también quisieron ser amplificadores del problema que durante las dos últimas semanas están discutiendo los líderes del mundo en la Cumbre del Clima en Madrid. El Athletic Club, la Real Sociedad, el RC Deportivo, el CD Leganés, el RC Celta, entre otros, se han preocupado por concienciar a sus aficiones. La temporada pasada los más de 800 partidos de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank acumularon 14 millones de espectadores en los campos, que dejaron una huella ecológica: traslados, residuos, energía, agua… Estas son las acciones más destacadas de algunos clubes de LaLiga para contrarrestarlo.

Gestión de residuos

La Real Sociedad identificó uno de los problemas más inherentes al espectador de fútbol en los estadios: las cáscaras de las pipas. Según la empresa Ekotrade, en una temporada, en las gradas de los encuentros del fútbol español se consumen cerca de 100.000 toneladas de estas semillas y el 70% de sus cáscaras se arrojan al suelo. En el Reale Arena (Anoeta) el club calcula que en una temporada puede juntar tres toneladas de ellas. Por eso, desde el pasado febrero, comenzaron a recolectarlas específicamente en recipientes naranjas y con ello han fabricado sacos de abono para las huertas de la red Kutxa Ekogunea de Gipuzkoa. Baixauli, de LaLiga, ahonda sobre el efecto pedagógico de estas medidas: “Es complicado ver a un aficionado de la Real tirar pipas al suelo”.

En el CD Leganés fueron menos específicos, pero igual de efectivos. El 26 de septiembre de 2018 estrenaron en su estadio 68 papeleras y contenedores, con la colaboración de Ecoembes, para separar residuos. Más de la mitad de los campos de LaLiga que dan esa opción a sus aficionados. “Vimos que eran muy necesarios. Cada 15 días teníamos un montón de plástico que reciclar”, dice Víctor Marín director de Comunicación del equipo pepinero. Aquel 26 de septiembre, por las dudas, el Leganés venció al FC Barcelona por 2-1 y Butarque fue una fiesta. “La gente se ha ido acostumbrando a separar los residuos”, dice Marín.

Las papeleras que el CD Leganés colocó en Butarque en septiembre de 2018.
Las papeleras que el CD Leganés colocó en Butarque en septiembre de 2018. ECOEMBES

En el RC Celta, la práctica, también avalada por Ecoembes, se extendió por todas las instalaciones del club, desde Balaídos, su estadio, hasta la ciudad deportiva de A Madroa. Así se aseguran de que la concienciación abarque desde los canteranos a los aficionados más antiguos. El director de la Fundación Celta de Vigo, Germán Arteta, admite: “Antes nuestros aficionados, jugadores, empleados se comportaban de manera desordenada en este sentido, pero eso está cambiando”.

El teniente Jefe de Sección del Seprona de Pontevedra, Álvaro Lago, explica a los pequeños del Balaídos CF cómo prevenir incendios. En la mesa, detrás, el jugador del RC Celta, Iago Aspas.
El teniente Jefe de Sección del Seprona de Pontevedra, Álvaro Lago, explica a los pequeños del Balaídos CF cómo prevenir incendios. En la mesa, detrás, el jugador del RC Celta, Iago Aspas. RC CELTA

De cuestiones globales como la separación de los residuos a problemáticas locales como los incendios en Galicia, en el Celta intentan cambiar los hábitos de los ciudadanos desde jóvenes. Por eso, durante la temporada pasada, junto al Servicio de Protección a la Naturaleza, organizaron visitas a colegios con los 23 jugadores del primer equipo para enseñar a los estudiantes cómo evitarlos. “Siempre buscamos un fin con estas visitas. Con los jugadores es muy fácil organizar cualquier cosa porque los chicos quieren hacerse fotos, firmar autógrafos y preguntarles qué coche tienen”, dice Arteta. “Pero para evitar eso organizamos visitas que les aporten algo”.

Athletic y la movilidad sostenible

El Athletic Club es uno de los maestros en materia de sostenibilidad en el fútbol español. San Mamés fue el primer estadio europeo en contar con la certificación estadounidense LEED (Liderazgo en Energía y en Diseño Medioambiental), una de las más importantes del mundo. El campo tiene 340 puntos de recogida de residuos colectivos y en sus gradas, a medio plazo, se erradicarán los vasos de plástico, sustituyéndolos por alternativas sostenibles. El césped de los campos de Lezama se revitaliza con abono elaborado de la basura orgánica que genera la actividad de la propia localidad a través de una planta de compostaje de la zona.

El Athletic Club firmó un acuerdo con BMW-Lurauto para contar con vehículos eléctricos.
El Athletic Club firmó un acuerdo con BMW-Lurauto para contar con vehículos eléctricos.

El Athletic Club sigue avanzando en esta línea. Ahora, para reducir la huella de carbono, se está centrando en estudiar cómo llevar a sus trabajadores y a sus empleados al estadio y al club. La institución ha decidido, junto al Ayuntamiento de Bilbao, ampliar el aparcabicis de San Mamés, que  albergará 200 bicicletas, para que los aficionados puedan acudir a la Catedral en este medio de transporte. También ha firmado un acuerdo con BMW-Lurauto para utilizar vehículos eléctricos en todas las actividades de los empleados rojiblancos no deportivos. “Se trata de una flota de vehículos para uso compartido, para minimizar nuestra flota y mejorar la sostenibilidad”, aclara un comunicado en su sitio web. El club rojiblanco, además, a través de la Fundación Athletic, compensa todas las emisiones de CO2 de los desplazamientos de sus tres primeros equipos: el masculino, el femenino y el Bilbao Athletic. Baixauli, de LaLiga, aporta un dato: “Sabemos que en aquellos clubes que tienen su estadio dentro de la ciudad, cerca del 50% de la afición va a pie y muchos, en transporte público”.

RC Deportivo, a la moda

Entre las iniciativas más originales, el RC Deportivo ha firmado un acuerdo de patrocinio con Ecoalf para que sus jugadores utilicen ropa de la marca, que fabrica todas sus prendas con materiales recuperados del mar. “Tenía mucho que ver con nuestra situación y con nuestro entorno y nos decidimos a hacerlo”, cuenta Gelines Romero, directora del área social del equipo coruñés. En cada viaje que hace el club, los jugadores visten con prendas fabricadas con materiales reciclados. “La imagen del futbolista impacta y tienen mucha repercusión ante los medios”, analiza Romero.

Los jugadores del RC Deportivo, Borja Valle (derecha), Diego Caballo (centro) y Dani Giménez (izquierda) con la ropa de Ecoalf en uno de los viajes del equipo la pasada temporada.
Los jugadores del RC Deportivo, Borja Valle (derecha), Diego Caballo (centro) y Dani Giménez (izquierda) con la ropa de Ecoalf en uno de los viajes del equipo la pasada temporada.

Betis y Numancia, con el agua

El Real Betis Balompié planea reducir su consumo de agua en la nueva ciudad deportiva, donde quieren que hasta el agua con la que se duchan los jugadores se reutilice para regar los campos de entrenamiento. El CD Numancia va por el mismo camino. El terreno de juego del Nuevo Estadio Los Pajaritos se riega con agua recuperada de lluvia.

Según la ley 11/2018, las empresas que tengan ciertos parámetros patrimoniales tienen la exigencia de publicar cuentas no financieras de RSC que incluyan prácticas medioambientales. Varios clubes de LaLiga están obligados a hacerlo, pero la patronal prepara a todos. Al menos una vez al año organiza encuentros para compartir buenas prácticas. “Debemos hacernos eco de lo que ellos hacen y congregarlos para poner conocimientos en común. Experiencias y resultados, de eso se trata”, dice Baixauli.

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PABLO VANDE RUSTEN

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