- Los Reds hacen historia como campeones del Mundial de Clubes
- El Flamengo destacó protagonizando una final apasionante
- El Monterrey iguala su mejor registro histórico con el bronce
El confeti ya se ha barrido, los proyectores están apagados y los cánticos de victoria han dejado de resonar en el Estadio Internacional Khalifa.
La Copa Mundial de Clubes de la FIFA Catar 2019 ha concluido con un nuevo vencedor que añadir a su palmarés.
Su nombre es uno de los más afamados del deporte rey: el Liverpool, que se ha proclamado campeón del mundo por primera vez, tras ganar prácticamente todos los títulos posibles.
Los Reds de Merseyside se impusieron a un magnífico Flamengo en una de las finales más reñidas a las que ha asistido el certamen.
La historia se reescribe
Los éxitos del Liverpool y el Flamengo esta temporada consiguieron evocar el pasado con nostalgia, sobre todo en Río de Janeiro. Antes de la final de este año, ambos conjuntos únicamente se habían cruzado una vez, en la final de la Copa Intercontinental de 1981, en un duelo que los hinchas de O Mengão continúan recordando en sus cánticos, puesto que ahí ganaron un título mundial gracias a una victoria por 3-0.
Las aficiones de los dos equipos afrontaban con pasión esta reedición de aquella contienda. Y ninguno lo tuvo fácil para alcanzarla. El Flamengo se vio obligado a remontar para doblegar a un correoso Al Hilal, debutante en el torneo, y necesitó una clase magistral de Bruno Henrique en la segunda parte para poder certificar su pase a la final. El Liverpool esperó incluso más para batir al Monterrey, con una genialidad de Roberto Firmino en el tiempo añadido.
La propia final fue un auténtico choque de campeones. Los dos contendientes se emplearon a fondo y protagonizaron una apasionante partida de ajedrez táctico. La pieza decisiva de la noche volvió a ser Firmino, exhibiendo en la prórroga la sangre fría necesaria para que fuese la melodía de You’ll Never Walk Alone la que sonase en las gradas tras el pitido final.
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De nuevo su mejor registro
Unas pocas horas antes, las voces que más se oyeron fueron las de los seguidores del Monterrey. No se callaron ni un minuto durante el partido por el tercer puesto ante el Al Hilal, y la muralla sonora que levantaron obtuvo como recompensa la segunda medalla de bronce de su historia.
Tras un aluvión de goles en el segundo periodo, los 90 minutos reglamentados concluyeron con empate, y el resultado iba a depender de la actuación de los guardametas. Luis Cárdenasdesplegó entonces todo su repertorio, y no solo para detener disparos. El segundo portero de los Rayados repelió dos tiros penales, dejando así a los suyos a uno de la victoria. Entonces ejecutó él mismo un lanzamiento e inscribió su nombre en la historia del Monterrey.
El Espérance Sportive de Túnez, grande de su país, también terminó con buena nota, al igualar su mejor posición histórica —un quinto puesto— estableciendo un récord: su triunfo por 6-2 sobre el conjunto anfitrión, el Al-Sadd, supuso el mayor número de goles anotados por un equipo en el Mundial de Clubes e igualó el mejor registro de tantos en un partido.
También hay que mencionar, cómo no, al Hienghène Sport. El primer equipo de Nueva Caledonia que compite en el torneo a punto estuvo de empezar dando una sorpresa mayúscula, al debutar forzando la prórroga ante el Al-Sadd.
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