El fichaje de Max Richeze este año empieza a dar sus frutos y multiplica el gran trabajo de Bohli, Troia, McNulthy y Molano

Las victorias son el motor de los sprinters. Nunca se cansan de ganar, al contrario: cuanto más ganan, más ambición y ganas de ganar tienen. Es su gasolina. Es el caso de Fernando Gaviria, que hoy ha sumado su segundo triunfo parcial en la Vuelta a San Juan 2020. Lleva cuatro días de competición y dos triunfos. Podían ser tres si la caída del primer día no hubiera descarrilado su ‘tren’, que hoy ha trabajado a la perfección.

Gaviria está en racha. Casi siempre lo está en Argentina. Desde que la Vuelta a San Juan es internacional, ya suma siete triunfos: dos en 2017, uno en 2018, dos en 2019… y por el momento dos este año. Y no ha dicho su última palabra, porque tanto el sábado como el domingo tendrá nuevas  oportunidades.

Aunque en 2019 empezó bien la temporada, luego se torció su suerte. Sin embargo, vuelve a ser el de siempre. “Peso cuatro kilos más que el año pasado en el Giro”, explicaba hace unos días. Cuatro kilos más de músculo, lo que significa más potencia, más fuerza, más velocidad… que se traducen en más confianza.

Hoy, Richeze le ha lanzado a la gloria, como tantas otras veces pasó cuando defendían ambos el maillot del Quick Step, pero sería injusto no nombrar también a los otros corredores del UAE Emirates: Bohli y Troia, que han hecho el trabajo inicial, y McNulthy y Molano, que junto a Max han hecho el último tramo.

Gaviria ha ganado fácil. Ha sido su tercera victoria en esta misma llegada, en Valle Fértil-Villa San Agustín, territorio antiguamente habitado por dinosaurios que han dejado un tesoro inagotable de fósiles en el Valle de La Luna y el Parque Nacional de Ischigualasto. El segundo puesto ha sido para el francés Rudy Barbier (Israel), que ha demostrado que el triunfo del primer día no fue ninguna casualidad, y el tercero para Álvaro Hodeg, con Sagan cuarto.

Remco Evenepoel, mientras, ha mantenido sin problemas el maillot de líder. Tal es su confianza que incluso se ha permitido el lujo de lanzar un ataque en la montaña, quizás para probarse o para meter miedo a sus rivales de cara a la etapa del Alto Colorado.

La etapa ha estado marcada por los numerosos intentos de escapada que, uno a uno, han sido neutralizados. Oliveira (Movistar), el cuarto de la general, ha intentado meterse en una; Stybar, uno de los guardaespaldas de Evenepoel en las filas del Deceuninck-Quick Step, en otra; también Ganna (Italia) ha probado, pero el líder de la carrera nunca ha pasado peligro ni,  mucho menos, se ha puesto nervioso.

Laureano Rosas (Cuyo), Alain Quispe (Perú), Daniel Juárez (Fátima), Robin Carpenter (Rally), Iker Ballarin (Euskadi), Matteto Busato (Zabú), Agustin Frayser (Argentina), Mattia Bais (Androni) y Vladimir Ilchenko (Rusia) han protagonizado otra fuga antes de que, finalmente, un combativo Robin Carpenter (Rally) y Peio Goikoetxea (Euskadi) hayan desafiado a los equipos con sprinters. Sin éxito, pero con valentía, hasta ser alcanzados a solo 2,5 km de la meta.

Declaraciones

FERNANDO GAVIRIA (UAE EMIRATES): “Ha sido una etapa complicada, pero todo el equipo ha trabajado perfectamente y el clima nos ha acompañado –se esperaban tormentas-, pese a la lluvia de los últimos kilómetros. Nunca hemos perdido la esperanza de luchar por la victoria y al final la hemos logrado. El equipo ha trabajado a la perfección, ha hecho un gran trabajo, desde tirar para echar abajo las fugas hasta preparar el sprint. Estoy muy contento. No ha fallado absolutamente nada”

REMCO EVENEPOEL (DECEUNINCK-QUICK STEP): “Hoy era un escenario distinto al de ayer, pero me encontraba bien y he atacado en la subida. Era importante para mi autoestima. Mi posición de cara al Alto Colorado es diferente al año pasado: entonces tenía que atacar y ahora, defender. No es un puerto demasiado duro. Sé que Sevilla va a atacar, pero creo que tengo diferencia suficiente para estar tranquilo”

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