- Anstoß in ein neues Leben, reinserción de personas reclusas a través del fútbol
- Numerosas personalidades del mundo del fútbol apoyan la iniciativa
- “Hay historias que demuestran que una idea así puede funcionar”
El fútbol es mucho más que un deporte. Anstoß in ein neues Leben (Puntapié inicial de una nueva vida), una iniciativa de la Fundación Sepp-Herberger, se ha propuesto demostrar su valiosa utilidad para la reinserción social de reclusos.
Herberger, seleccionador de la Alemania que se proclamó campeona del mundo en 1954, es recordado por la frase “debéis ser once amigos”. Y construyó su vida sobre el lema: “quien está en la cima no debe olvidar nunca a los de abajo”.
“La Fundación Sepp Herberger, que fue un regalo de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) con ocasión del 80º cumpleaños de Herberger, existe desde 1977. Desde el principio, para Herberger fue importante que las ideas que él había defendido durante su vida estuviesen presentes en una fundación que es su única heredera. Esto incluye un compromiso con los centros penitenciarios. Herberger visitó una prisión por primera vez en 1970 e hizo de dicho empeño su misión vital desde entonces”, explica Tobias Wrzesinski, director general de la fundación, a FIFA.com.
“Hemos conseguido dar continuidad a un gesto tremendamente humanitario de Sepp Herberger. Antes había que conformarse con que la visita de un futbolista conocido infundiese ánimos a las personas reclusas, mientras que ahora, gracias a la colaboración con aliados de peso como la Agencia Alemana de Empleo y las federaciones regionales de la DFB, trabajamos para maximizar las probabilidades de que un preso liberado se reinserte en la sociedad con éxito”, añade.
Lo que empezó con una visita a una prisión acabó convirtiéndose en la idea de apoyar sobre todo a los jóvenes a retomar el camino del trabajo y enderezar el rumbo de su vida profesional. Fue así como la fundación consiguió asociarse con la Agencia Alemana de Empleo.
“Hoy, ayudamos a jóvenes reclusos en 22 prisiones de diez estados federados. Entre otras muchas cosas, ofrecemos cursos de formación de árbitro y entrenador en colaboración con las federaciones regionales de la DFB y montamos talleres de rap junto con la fundación cultural Klangstiftung. La idea es brindarles la oportunidad de emprender un nuevo camino, además de la posibilidad de dejar atrás a viejas compañías”, asegura Wrzesinski.
“Queremos apoyar a las personas implicadas en los centros penitenciarios de la mejor manera posible en su trabajo, de forma que el tiempo en prisión resulte provechoso a modo de preparación para lo que viene después. Nada de esto puede darse por sentado. Por tanto, participar en esta iniciativa supone una oportunidad especial, y así lo entienden la mayoría de los reclusos”, continúa.
¿Quién puede participar en el programa? Lo decide cada centro penitenciario. Criterios importantes son la situación del mercado laboral y, lógicamente, el gusto por el fútbol. Los delitos por los que la persona reclusa cumpla condena no se tienen en cuenta.
“En el programa hay jóvenes que han cometido robos o delitos relacionados con sustancias estupefacientes, pero también tenemos participantes que han sido condenados por delitos más graves”, apunta.
«Wenn der Ball rollt, sind alle nur noch Fußballer.» Die früheren Nationalspieler Olaf Thon und Martin Max trainierten in der JVA Herford im Rahmen der Initiative «Anstoß für ein neues Leben» gemeinsam mit jugendlichen Strafgefangenen.
➡️ https://t.co/LY9ZgDjykz pic.twitter.com/zdSRHcAqHN— DFB (Verband) (@DFB) August 25, 2018
Además de Horst Eckel, Uwe Seeler, Jens Nowotny, Ottmar Hitzfeld y Timo Hildebrand, que actúan como embajadores permanentes y asisten regularmente a reuniones, también participan en la labor de la fundación, entre otros, Otto Rehhagel y las exseleccionadoras Tina Theune y Steffi Jones, así como Nadine Kessler, ganadora del premio a la Jugadora Mundial de la FIFA.
“El trabajo de la fundación en las prisiones es bastante conocido y por eso hay personas que incluso se ponen en contacto con nosotros para ofrecernos su apoyo, como han hecho recientemente Sonja Fuss e Inka Grings, lo que para mí supuso una gran alegría. Además, Fatmire Alushi visitó hace poco la prisión de Colonia”, revela Wrzesinski.
El índice de reincidencia supera el 50% en algunos estados federados lo que demuestra lo importante y necesaria que resulta una iniciativa de este tipo.
“Las personas reclusas, sobre todo los hombres, tienen mucho interés por el fútbol. Siguen los partidos de la Bundesliga y los de la selección alemana, así como los grandes certámenes, y se divierten jugando. Nosotros nos valemos de ese interés y, sobre todo después del período de encarcelamiento, tratamos de ayudar a las personas que así lo desean a reintegrarse en la familia del fútbol en la función que sea. En Alemania hay unos 25.000 clubes federados, así que esa familia no es precisamente pequeña”, añade.
Finalmente, Wrzesinski hace hincapié en que también se está teniendo en cuenta a las víctimas, una parte inevitablemente presente en todos los delitos. “No podemos en modo alguno olvidar que estamos hablando de personas que han cometido delitos y que normalmente hay en el otro lado víctimas y familiares que lo han podido pasar muy mal”, advierte.
“Pensamos en los afectados cada vez más y colaboramos por ejemplo con Weisser Ring, una organización que ofrece apoyo a las víctimas de delitos. En la figura de Christoph Rickels, que sufrió en sus carnes los efectos de la violencia y tiene secuelas de por vida, hemos ganado para la causa a un joven extraordinario que, sin rencores ni reproches, difunde un poderoso mensaje contra la violencia a través de las charlas que imparte en centros penitenciarios”, concluye.
fifa.com