Que llevamos años pidiendo la protección de los océanos no es nada nuevo. Personas expertas en biodiversidad nos lo han contado y han demostrado que gran parte del CO2 que producimos es absorbido por ellos.
Explicado de una forma simple y rápida podemos decir que los océanos ayudan muchísimo a combatir el cambio climático.
Hace dos años organizamos una expedición a la Antártida para valorar su estado. Queríamos saber, entre otras cosas, si habían llegado microplásticos a esas zonas vírgenes y comprobar cuál era el estado de su biodiversidad con un objetivo claro: demostrar la necesidad de proteger esa zona y convertirla en un santuario marino.
Era un viaje duro. Una expedición a los polos requiere tener a bordo una tripulación con mucha experiencia, especialmente si el destino es la Antártida.
Embarcados en el Arctic Sunrise había un equipo de científicos y científicas expertas en cambio climático y en biodiversidad. Gente dispuesta y sobradamente preparada para la misión.
Algunos de nuestros embajadores repetían experiencia en nuestros barcos. Hace algunos años, Carlos Bardem y Álvaro Longoria, viajaron con Greenpeace al Ártico y recogieron su experiencia en el corto documental Esperanza (nominado a los Goya en 2017).
Años después de aquella aventura en el Ártico, les invitamos (con los dedos cruzados) a unirse a la expedición con un invitado más: Javier Bardem.
Les transmitimos la necesidad de que fueran los altavoces de la campaña y amplificasen la necesidad de creación de un santuario. Huelga decir que personas relevantes como ellos llegan a muy diferentes públicos por lo que son aliados clave para conseguir cambios.
A la expectación de la invitación inicial le siguió la emoción que nos produjo su “sí, nos unimos a la expedición a la Antártida”. Aún mantengo el recuerdo de la ilusión que me hizo la confirmación, pese a sus apretadas agendas.
En enero de 2018 pusieron rumbo a la Antártida a bordo, una vez más, del Arctic Sunrise. Partieron desde la isla de San Jorge y se adentraron en el vulnerable y maravilloso océano Antártico.
Es un honor para Greenpeace contar con su desinteresada colaboración, entusiasmo y compromiso. Nos encanta su implicación, sus ganas de generar conciencias, su escucha, su lucha por un mundo mejor, su lucha por nuestro futuro, por los océanos.
Es emocionante sentir cómo, a través de sus voces, de su impulso, miles de nuevos embajadores se han sumado a la campaña para proteger los océanos… En este momento somos más de 2 millones y medio de personas pidiendo protegerlos. Siempre les estaremos muy agradecidas.
De este apasionante viaje nace “Santuario”, un documental dirigido por Álvaro Longoria y producido por los hermanos Bardem y también por Álvaro.
Más de 70 minutos de metraje que reflejan la necesidad urgente de proteger los océanos. Y lo hace a través del relato de cómo se consigue ganar una campaña en todas sus facetas (cómo funcionan los tratados internacionales para su protección o la incidencia política a través de reuniones con políticos en Berlín o Nueva York).
Pero el documental también recoge imágenes asombrosas que te descubren toda la biodiversidad de los océanos: ballenas, colonias de pingüinos, el curioso y tan necesario crustáceo llamado kril, alimento indispensable para las ballenas.
El resultado: una nominación en el certamen Cinema for Peace International que se celebra este domingo en Berlín. Además recibirá un premio honorífico por el extraordinario trabajo de los cineastas y por el de Greenpeace por nuestra lucha por la conservación marina.
Sería maravilloso que nuestros embajadores de los océanos recogieran el premio el próximo 23 de febrero. Aunque, sin lugar a dudas, el mejor premio es este documental y el hecho de que Javier, Carlos y Álvaro hayan sido testigos del grave problema al que se enfrentan nuestros océanos y nos hayan regalado “Santuario” para compartir, a través de su mirada y su voz, la incansable lucha contra el cambio climático.
Nuestros embajadores son grandes actores, escritores y productores que han puesto su talento para defender el medio ambiente. Y en Greenpeace nos enorgullecemos de ello.
Fuente: Greenpeace
ecoticias.com