- La pandemia del COVID-19 ha detenido el fútbol en todo el mundo
- Durante el parón, hay profesionales del fútbol ayudando a pelear contra el virus
- Dos jugadores y una árbitra aportan su granito de arena en España
Toni Dovale debería estar iniciando la temporada en algún lugar de Asia. Iragartze Fernández (en la imagen superior) preparándose para su siguiente partido como árbitra asistente, y Estela Fernández estudiando al próximo rival del Madrid CFF en la Primera Iberdrola. Pero también a ellos el COVID-19 les ha cambiado los planes.
En estas semanas, millones de personas permanecen en casa para evitar el contagio y otras luchan en primera línea combatiendo el virus. Gracias a sus estudios y a las profesiones que compatibilizan con el fútbol, los tres están ayudando a frenar la pandemia en España, uno de los países más afectados. Esta es su experiencia.
IRAGARTZE FERNÁNDEZ: Árbitra y enfermera
Con un padre futbolista y profesionales sanitarios en la familia, Iragartze tuvo claro desde pequeña que quería seguir ambos ejemplos. Hace 5 años dejó de jugar por una lesión, pero desde entonces disfruta del fútbol como árbitra: es asistente en la Primera Iberdrola y 3ª división masculina. Y lo compagina con su labor como enfermera en un centro de salud.
“Cuando decidí ser árbitra mi padre se asustó un poco, pero me apoya muchísimo y me corrige. Es mi VAR”, cuenta con humor. Ahora ese temor está alejado de los campos de juego: “mis padres están preocupados porque estamos en primera línea de batalla”.
Desde el parón del fútbol, la joven se ha ofrecido a trabajar a jornada completa en su centro de salud, uno de los cuatro que solo atiende pacientes del COVID-19 en Bilbao. “Estamos trabajando con protocolos nuevos y cambiando continuamente nuestra forma de trabajar. Eso provoca agotamiento psicológico, pero me gustan mucho los retos, y esto para nosotros, como sanitarios, lo es”.
Reconoce que el arbitraje la ha preparado para soportar mejor el estrés. “Cada fin de semana tienes que tomar decisiones rápidas… y aquí pasa un poco igual. Con el COVID tienes que tomar decisiones muy importantes”, asegura.
Para combatir el estrés y el agotamiento, el ejercicio a su regreso a casa ayuda. También el aplauso sanitario, que suele coincidir con el final de su turno de trabajo. “La gente nos ve salir y todavía nos anima más. Están como 10 minutos aplaudiendo, con música, bailan… Se montan unas fiestas… Y eso nos motiva. Te dices ‘mañana voy a venir todavía con más ganas’”.
Así combate también la nostalgia ante la ausencia de fútbol: “Echo mucho de menos que llegue el viernes y hacer la maleta y meter los banderines, la ropa y la ilusión con la que vamos cada fin de semana”.
TONI DOVALE: Trotamundos del fútbol… y farmacéutico
“Estudié la carrera de farmacia al tiempo que lo compaginaba con mi carrera de futbolista”, nos explica Toni. Formado en la Masía azulgrana, el delantero ha jugado en el Celta de Vigo o el Rayo Vallecano españoles, pero también en EEUU, India o Tailandia. El inicio de la crisis le pilló de vacaciones en España mientras elegía su siguiente destino. Su madre tiene una farmacia en Coruña y no lo pensó dos veces. “Tengo unos estudios que me permiten ayudar a la gente en estos tiempos de dificultad y es lo mejor que podía hacer”.
Por las mañanas, antes de ir a trabajar, entrena. “Es un poco rudimentario. Uso lo que tengo a mano: garrafas de agua, subo y bajo los muebles…”. Después toca ponerse la bata y protegerse lo más posible pese a la escasez de medios –“Hasta hace poco nos estábamos haciendo nuestras propias mascarillas con papel de cocina y grapas” – para atender a la gente.
La falta de mascarillas, geles o guantes ha sido una constante en las primeras semanas. Por suerte, Toni fue previsor. “Sabía cómo estaba la situación en Asia desde hacía meses y había avisado a mi familia”.
El día a día tampoco es fácil y toca convivir con el miedo al contagio. También se echa de menos el fútbol: “el campo, el olor de la hierba, el sonido del balón, la adrenalina de jugar en un estadio lleno… Pero ahora lo prioritario es la vida de las personas”, asegura.
Ante la incertidumbre, una única certeza. “Lo miremos como lo miremos, nos falta un día menos para recuperar la vida normal”.
ESTELA FERNÁNDEZ: Futbolista profesional y policía
“La gente en general se está tomando en serio la cuarentena”, comenta Estela con alivio. Distribuir medicamentos y curar pacientes son labores esenciales, al igual que garantizar el cumplimiento de las normas, algo de lo que la centrocampista se ocupa desde su comisaría en la localidad madrileña de Parla. “Lo mejor de esta crisis es que creo que nos estamos uniendo más y dando cuenta de lo importante que son la familia, la pareja… Lo peor es darte cuenta de lo vulnerables que somos”.
Como Iragartze, Estela decidió seguir los pasos familiares. “Mi padre también es policía y siempre lo he visto como un gran ejemplo”, asegura.
Estar en primera línea conlleva riesgos, como bien sabe la centrocampista, de baja desde que hace unas semanas su padre diera positivo por COVID. “Se contagió, pero ya está bien. Estamos esperando que nos hagan la prueba para poder reincorporarme. Estoy deseando volver a trabajar”.
Mientras, no descuida los entrenos con el equipo –“Ahora estamos entrenando por vídeo conferencia” – y está en permanente contacto con sus compañeras. “Son como mi familia y las echo de menos. También la sensación de llegar a un partido y tener esos nervios, esas ganas de jugar”.
fifa.com