El director del programa de observación terrestre de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, señaló el lunes que aunque el confinamiento para frenar la crisis del coronavirus ha mejorado la calidad del aire, el cambio climático no se va a reducir “de pronto”.
“Hay una mejora en la calidad del aire, los valores ligados al tráfico han bajado casi un 50 %, pero el dióxido de carbono sigue en niveles altos, y esta es la principal preocupación respecto al cambio climático“, dijo en una conferencia virtual con especialistas organizada por la ESA.
Para simplificar la cuestión, Aschbacher la comparó con el consumo de tabaco: “Si has fumado toda la vida y dejas de fumar dos meses es bueno para tus pulmones, pero no te quita lo que has fumado”.
El representante de la ESA recordó que el trabajo en el espacio está siendo esencial para ver los efectos de la contaminación en la atmósfera, océanos y glaciares, y que gracias a los satélites se obtiene una importante cantidad de información básica para comprender las variables climáticas.
En la primera videoconferencia sobre “El mundo después de la Covid-19”, que consistirá en cinco sesiones virtuales con especialistas de distintos campos, la Agencia se centró en el impacto de la crisis en el cambio climático bajo la pregunta: “Cuidar del clima: ¿Vivir a distancia, una vida de mejor calidad?”.El director general de la ESA, Jan Wörner, destacó que se pueden sacar lecciones positivas del confinamiento sobre la posibilidad de trabajar en equipo a distancia y el número de reuniones presenciales que se necesitan.
En el encuentro participaron también el activista del movimiento Fridays for Future Jakob Blasel, el profesor de epidemiología del Imperial College de Londres Paolo Vineis, y el economista italiano Alfredo Roma.
Roma apuntó que en los próximos años se prevé un incremento de la actividad cultural y educativa por internet y que quienes no tengan acceso a internet se quedarán fuera, por lo que urge a los países mejorar sus programas de conexión, no solo en el ámbito laboral.
Por otro lado, el epidemiólogo Vineis señaló que si bien todavía no hay evidencias de que la pandemia del coronavirus esté vinculada al cambio climático, hay pruebas en casos anteriores, como el ébola, de la estrecha relación entre la salud del planeta y la salud humana.
“Estamos poniendo al planeta bajo estrés con prácticas como la deforestación o la ganadería intensiva que están asociadas al asedio de especies, lo que podría repercutir en una gran frecuencia y severidad de las epidemias”, dijo.
Vineis recordó también la severidad de las olas de calor de las últimas dos décadas y alertó del peligro que corre la población más frágil si se produce una interacción entre ellas y la pandemia del coronavirus. EFEverde