La fotógrafa Magalí Druscovich recorrió las calles del barrio más poblado de la ciudad de Buenos Aires y se topó con una realidad que, a estas alturas, se observa en muchas partes del mundo: la escasez de agua. No obstante, esta crisis tomó mayor importancia a raíz de la pandemia por el nuevo coronavirus, en la cual la principal forma de evitar el contagio es lavándose las manos.

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Magalí Druscovich

Druscovich retrata la historia de una comunidad que vive en el hacinamiento social y que diariamente enfrenta los cortes de agua. Lo único que la cuarentena ha logrado en sitios como este es acentuar los problemas que generan pobreza. Además, se genera una concentración de casos de contagio. 

Argentina no es el único país que enfrenta desabastecimiento de agua. Debido a la contingencia por la covid-19, México elevó el uso de agua en zonas habitacionales alrededor de un 20% a 50%, según informa la Comisión Nacional del Agua.

Las autoridades ha tenido que garantizar el flujo para lugares de primera instancia, por ejemplo, hospitales públicos y privados. Las prioridades de abastecimiento han cambiado. Considerando que la mayor parte de este líquido se utiliza en el hogar, la cuarentena se volverá una etapa de verdadero martirio para varias familias.

Magalí Druscovich

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Un mundo sin agua 

En concreto, 15 millones de habitantes en México no tienen acceso al agua potable. De acuerdo con datos del investigador Manuel Perló Cohen, un 10% de la población mexicana no cuenta con el vital líquido, ¿cómo esperamos que estos 15 millones se laven las manos?

La OMS estima que para 2025, a tan sólo 5 años a partir de este día, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. Seamos honestos: esto no se limitará a zonas rurales, pues la sobrepoblación de las ciudades provoca que haya un sistema insuficiente para la distribución de este vital líquido.

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Asimismo, con la escasez de agua vienen las enfermedades. En este sentido, la OMS asegura que 2,000 millones de personas se abastecen de una fuente que está contaminada por heces. La contaminación del líquido tarde o temprano transmite enfermedades como cólera o tifoidea y puede producir diarrea.

Los servicios de agua y saneamiento inexistentes, gestionados de forma inapropiada o insuficientes ponen en riesgo a la población ante el flujo de algunas enfermedades, tales como la covid-19.

Sin armas para enfrentar la pandemia 

La pandemia no sólo significa que millones de personas deben resguardarse para evitar el contagio, sino que otros miles están en riesgo por estar en casa sin acceso una higiene básica. Debemos tener claro que no todas las personas cuentan con las mismas posibilidades para cumplir con un aislamiento adecuado. Incluso, aunque quisieran cumplir las acciones preventivas hay factores externos que les impiden alejarse del contagio.

Después de la pandemia deberá haber grandes cambios a nivel mundial, sobre todo si se quiere cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible No. 6: agua y saneamiento para todos antes de 2030.

La tecnología no es el único recurso necesario para evitar estas pandemias. Este importante líquido vital tiene que ser parte esencial del desarrollo mundial. La sociedad en la que queremos vivir (moderna y actualizada) no puede dar un paso más si no hay suficiente agua para todos.

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