¿Te apetece adentrarte en los paisajes caribeños de Belice para aprender a proteger los ecosistemas marinos?
Únete a la campaña Feroz por la Vida del PNUMA en un viaje virtual e inmersivo a través de tres ecosistemas marinos únicos pero íntimamente relacionados: los manglares, los pastos marinas y los arrecifes de coral. Estos ecosistemas están amenazados por actividades humanas como el desarrollo del turismo, la pesca y la contaminación.
En este viaje los usuarios pueden explorar la magia de la vida submarina en la piel de tres personajes diferentes y entender cómo la biodiversidad nos proporciona bienes y servicios vitales para la humanidad, las amenazas a las que se enfrentan estos ecosistemas y cómo una serie de acciones sencillas pueden ayudar a proteger mejor estos hábitats interconectados.
Los usuarios pueden elegir entre tres personajes para hacer sus viajes, un turista, un navegante y un pescador, que representan a las personas que visitan el océano en vacaciones, por trabajo o porque viven cerca de éste. Cada uno tiene unas motivaciones propias y puede presentar una amenaza concreta, así como una oportunidad única de proteger los ecosistemas. Se anima a los usuarios a participar en las travesías desde las perspectivas de los tres personajes.
¿Por qué Belice?
Belice, ubicado al este de México y Guatemala, alberga un tramo de 300 km del sistema arrecifal mesoamericano, del que dependen cerca de 200.000 personas a través del turismo y la pesca.
El país es famoso por sus estrategias marinas innovadoras destinadas a proteger los océanos. Por ejemplo, hace falta una licencia para pescar en las aguas de Belice, que se someten a un control estricto, y existe la obligación de notificar qué peces se han capturado, lo que ha hecho disminuir la pesca ilegal.
Sin embargo, los manglares se encuentran en grave peligro debido al impacto negativo de la actividad humana, como la urbanización del litoral, la acuicultura y la contaminación. Mientras navegan por los manglares, los usuarios examinarán sus propias acciones gracias a escenarios en los que se les presentarán varias opciones, como:
Estás picando algo mientras la embarcación navega por los manglares. Ves a un mero, ¿le das un pedacito de lo que estás comiendo?
- Paso. No sé si la comida humana es buena para él.
- ¡Claro! Estará agradecido de que le inviten a comer.
Dependiendo de la opción que elijan, se informa a los usuarios de que incluso un trocito muy pequeño de nuestra comida puede alterar los procesos alimentarios de las especies marinas. Los animales también aprenden a relacionar a las personas con la comida, lo que puede afectar sus instintos contra el peligro y hacerles más vulnerables a las redes, los sedales y los depredadores.
Además de los manglares, el turista también explora los pastos marinos, “la guardería del mar” donde se cuida a las criaturas marinas jóvenes y vulnerables hasta que son lo bastante fuertes para irse a arrecifes y otros ecosistemas marinos.
El último viaje marino se realiza en los arrecifes de coral, las ciudades subacuáticas del mar. Aunque los corales son uno de los ecosistemas más productivos y con mayor biodiversidad del planeta, tampoco se salvan del impacto negativo de la actividad humana. Durante el viaje, el turista aprende que la protección solar que utiliza puede afectar negativamente al coral. Los protectores solares hechos con productos químicos como la avobenzona y la oxibenzona son tóxicos para los arrecifes de coral, mientras que los de minerales son seguros para la piel y para los arrecifes.
El PNUMA trabaja en Belice en colaboración con diversos socios en el marco de la Convención de Cartagena para la protección y la gestión de los ecosistemas marinos. Este país ha designado tres áreas marinas protegidas que se gestionan de forma efectiva en el marco del Protocolo relativo a las Áreas y Flora y Fauna Silvestres Especialmente Protegidas (SPAW): la reserva marina del arrecife de Glover, la reserva marina de Hol Chan y la reserva marina de Port Honduras, en apoyo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 sobre Vida Submarina.
Leticia Carvalho, coordinadora de la subdivisión de Agua Dulce y Océanos del PNUMA, afirmó que gozar de unos ecosistemas saludables aporta innumerables beneficios a los seres humanos.
“Los arrecifes de coral son los ecosistemas con mayor biodiversidad del océano. En ellos habitan cerca de 25% de las especies marinas y proporcionan sustento a por lo menos 500 millones de personas en todo el mundo. Por desgracia, también son el ecosistema más vulnerable al cambio climático en todo el mundo. Ha llegado el momento de que los Estados Miembros aúnen esfuerzos para hacer frente a la crisis global de los arrecifes de coral y proteger este valioso ecosistema”, dijo Carvalho.
La biodiversidad mundial está disminuyendo más rápido que en ningún otro momento de la historia de la humanidad, según el informe de 2019 de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES). Un millón de especies de plantas silvestres y animales silvestres se enfrentan a la extinción, muchas de ellas en cuestión de décadas.
Los viajes marinos de la campaña Feroz por la Vida pretenden movilizar e inspirar a las personas para que conserven nuestros valiosos ecosistemas subacuáticos. Esta travesía es la primera de cuatro viajes a distintos ecosistemas. Próximamente estarán disponibles viajes virtuales a turberas, sabanas y bosques.
En marzo de 2020, con motivo del Día Mundial de la Vida Silvestre, Feroz por la Vida presentó la Excursión de los viajeros del arrecife, un reto virtual submarino que permite experimentar un arrecife de coral a través de los ojos de una tortuga marina para comprender su función clave a la hora de mantener el equilibrio en la naturaleza.
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