Un equipo de científicos ha encontrado microplásticos en las tripas de tiburones que viven cerca del fondo del marino de la costa de Reino Unido, lo que pone de relieve “la omnipresencia” de la contaminación plástica.

Los investigadores, que publican su trabajo en la revista Scientific Reports, analizaron cuatro especies de tiburones demersales (vida ligada al fondo marino) y concluyeron que de los 46 ejemplares examinados el 67 por ciento contenía microplásticos y otras fibras artificiales.

Los científicos de la Universidad de Exeter hallaron un total de 379 partículas, según el estudio. Aunque se desconoce el impacto en la salud de estos animales, los autores señalan “la naturaleza omnipresente de la contaminación plástica”.

“Nuestro estudio presenta las primeras pruebas de la existencia de microplástios y fibras contaminantes de origen antropogénico en una serie de especies de tiburones demersales nativos del Reino Unido”, afirma Kristian Parton, autor principal del trabajo.

Celulosa sintética

Parton relata que les sorprendió encontrar no solo microplásticos, sino también partículas como la celulosa sintética, que se encuentra generalmente en los textiles, incluyendo en los artículos de higiene desechables como mascarillas, y en la ropa. 

Y es que, cuando la ropa se lava o los artículos se descartan como basura, se liberan fibras diminutas que a menudo pueden acabar en fuentes hídricas y llegar al mar, explica este investigador del Centro para la Ecología y la Conservación de la Universidad de Exeter. 

Finalmente, cuando estas microfibras llegan al mar, pueden flotar o hundirse hasta las profundidades, que es donde habitan estos tiburones que pueden ingerirlas a través de sus presas, en su mayoría crustáceos, o directamente mediante los sedimentos que hay en el fondo marino. Los otros tipos de microplásticos que encontraron podrían haber venido de sedales y redes de pesca, sugieren los investigadores, que recomiendan pensar antes de desechar las cosas al mar. 

Los investigadores, junto a científicos de Greenpeace, examinaron los estómagos y el tracto digestivo de cuatro especies -un tipo de tiburón gato, musola dentuda, mielga y alitán- que pueden hallarse a diferentes profundidades.

Los más grandes, más partículas

Estos se encuentran desde los cinco hasta los 900 metros, aunque normalmente habitan y se alimentan cerca del fondo del mar, según un comunicado de esta universidad.

Los resultados del estudio, que tiene en cuenta una muestra modesta de individuos, sugiere que los tiburones de mayor tamaño contenían más partículas, pero no se demostraron diferencias basadas en el sexo o la especie.

La investigación se realizó en el condado de Cornualles, al suroeste de Inglaterra, utilizando tiburones apresados en una captura incidental o por accidente en una pesquería de merluza en el Atlántico noreste y el Mar Céltico y alrededores. EFEverde