A medida que el planeta se calienta, el ecosistema ártico experimenta cambios cada vez más significativos, así como más difíciles de comprender y prever. Las altas temperaturas del Ártico durante el último período interglacial, hace entre 130.000 y 116.000 años, han desconcertado durante décadas a los científicos que estudian el clima y sus consecuencias en el hielo marino.
Ahora, un modelo climático de un equipo internacional de investigadores ha permitido comparar las condiciones del hielo en aquel período interglacial con las actuales y ha revelado una preocupante predicción: el hielo del Ártico podría desaparecer para el 2035.
“La perspectiva de pérdida de hielo marino para 2035 debería realmente concentrar todas nuestras mentes en lograr un mundo con bajas emisiones de carbono tan pronto como sea humanamente posible”, afirma en la revista científica Science Daily Louise Sime, directora del grupo Paleoclima del British Antarctic Survey.
El nuevo estudio, publicado esta semana en la revista Nature Climate Change por un grupo internacional de investigadores del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, representa un importante hallazgo para mejorar las predicciones de la evolución del hielo marino de cara al futuro.
Un análogo potencial del futuro del cambio climático
Cada año, durante las estaciones de primavera y verano aparecen en el Ártico los llamados “estanques de deshielo”, charcos poco profundos situados en la superficie del hielo marino que nos ayudan a conocer cuánta luz solar es absorbida por el hielo.
A través del nuevo modelo, los investigadores han podido concluir que el impacto del intenso sol primaveral dio lugar a muchos de estos estanques, protagonistas en el deshielo del mar. Al trasladar los datos, la previsión no es prometedora: en 2035 estos estanques habrán crecido hasta el punto de dejar sin hielo marino el Ártico de nuestro planeta.
“Por primera vez, podemos comenzar a ver cómo el Ártico quedó libre de hielo marino durante el último interglacial”, afirma en Science Daily Maria Vittoria Guarino, coautora principal del estudio del British Antarctic Survey. “Los avances logrados en el modelado climático significan que podemos crear una simulación más precisa del clima pasado de la Tierra, lo que, a su vez, nos da una mayor confianza en las predicciones del modelo para el futuro».
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