En los últimos dos años, hemos visto un verdadero aumento del uso de vehículos aéreos no tripulados o drones, como los conoce la mayoría de las personas. Actualmente desempeñan una función esencial en numerosos contextos diferentes, desde mejorar la cobertura de vídeo en la celebración de actos hasta hacer balance tras las catástrofes naturales. Incluso forman parte de la estrategia de la FAO para luchar contra el reciente brote de langosta del desierto en África occidental.
Las posibilidades que ofrecen los drones son numerosas y la FAO está aprovechando este potencial para hacer un seguimiento del uso de los recursos naturales e incrementar la sostenibilidad. Los drones ahorran tiempo, son rentables y proporcionan datos actualizados e imágenes de alta resolución para numerosos fines distintos. También son sencillos de utilizar, lo cual hace que sean la herramienta perfecta tanto para expertos como para aficionados.
Izquierda/arriba: Las fotografías que se hacen con los drones, como esta, pueden ofrecer una vista precisa del uso de la tierra desde el aire. ©FAO/Xavier Bouan Derecha/abajo: Un niño disfruta viendo su aldea a través de unas gafas con tecnología dron en el estado de Chin (Myanmar). ©FAO/Xavier Bouan
Entonces, ¿cómo está utilizando la FAO los drones para proteger los recursos del planeta y los medios de vida de las personas?
1. Seguimiento de la deforestación y la degradación de la tierra
La deforestación y la degradación de la tierra son problemas importantes, pero a menudo difíciles de detectar y seguir. Desde 1990 se han perdido unos 129 millones de hectáreas de bosque, una superficie casi equivalente a la de Sudáfrica. ¡Esto supone una pérdida de 23 hectáreas de bosque por minuto! Asimismo, cada año se degradan 12 millones de hectáreas de tierra. La deforestación y la degradación de la tierra dañan la biodiversidad, perjudican los medios de vida e incrementan los riesgos derivados de los fenómenos meteorológicos extremos, lo cual aumenta en última instancia la pobreza y el hambre y, a veces, obliga a las comunidades locales a migrar.
En Myanmar, la FAO está utilizando drones como parte de un proyecto para hacer un seguimiento del uso de los bosques y la tierra a fin de garantizar su utilización sostenible. Los bosques representan más del 48 % de la superficie del país, por lo que resulta casi imposible conocer y seguir la situación desde tierra, algo que dificulta la aplicación de políticas adecuadas. En cambio, los drones ofrecen una vista aérea más amplia de los bosques, lo cual facilita el diagnóstico de la situación actual y permite a las autoridades hacer un seguimiento de su uso, protegiendo estos preciados recursos de la sobreexplotación.
En lo que respecta al problema de la degradación de la tierra, los drones desempeñan una función similar. Aunque las comunidades locales suelen conocer la situación sobre el terreno, hay que transmitir datos objetivos al gobierno para que pueda aplicar políticas. Antes, esta información se recopilaba manualmente, recorriendo la tierra a pie para evaluar la situación y emitir informes. Pero cuando los bosques abarcan superficies tan amplias, es casi imposible obtener un panorama preciso de esta manera. Las fotografías y vídeos de los drones muestran el estado de la tierra desde el aire, proporcionando fácilmente los datos objetivos que son necesarios para tomar decisiones informadas.
2. Cartografía y planificación del uso de la tierra
Para hacer un seguimiento preciso de los bosques y la degradación de la tierra, los mapas del uso de la tierra y la cobertura del suelo son fundamentales. Estos mapas muestran los diversos tipos de tierra, cómo se están utilizando y cómo este uso cambia a lo largo del tiempo. Los mapas del uso de la tierra y la cobertura del suelo se elaboran principalmente mediante imágenes por satélite, junto con una comprobación manual sobre el terreno. No obstante, las fotografías que realizan actualmente los drones se han convertido en un importante paso más que ayuda a comprobar y mejorar los conjuntos de datos y a incrementar la precisión de las evaluaciones. En la actualidad, Myanmar está usando drones para planificar el uso de la tierra y gestionar la tierra de manera sostenible.
Los drones también alientan la participación de la comunidad local. Las gafas con tecnología dron permiten a las personas ver desde tierra lo que ve el dron, mostrando así la situación a los habitantes locales y alentándoles a utilizar la tierra de manera más sostenible.
Un experto de la FAO recopila datos visuales de cultivos de arroz dañados recientemente en la ciudad de Magalang (Filipinas). ©FAO/Veejay Villafranca
3. Evaluación de los efectos de las catástrofes naturales
Filipinas se sitúa en cuarto lugar en la lista de los países más propensos del mundo a sufrir catástrofes. Entre 2018 y 2019, el país se vio afectado por 21 tifones. La evaluación rápida de los daños resulta esencial para el proceso de reconstrucción. Sin embargo, el método convencional de realización de evaluaciones manuales a menudo puede tardar meses y dar lugar a inexactitudes. Este largo proceso puede provocar que los agricultores reciban demasiado tarde el apoyo para la recuperación o que algunas zonas se queden atrás. Pero desde 2015, la FAO y el Departamento de Agricultura de Filipinas han trabajado conjuntamente para utilizar drones a fin de evaluar de manera eficiente los daños a la agricultura tras una catástrofe natural.
Tras un programa experimental satisfactorio llevado a cabo por la FAO que utilizaba drones en evaluaciones anteriores y posteriores a las catástrofes, el Gobierno de Filipinas ha mejorado radicalmente su capacidad de respuesta. Por ejemplo, a principios de 2019, el fenómeno El Niño provocó una sequía importante que afectó a los cultivos de todo el país. Sin embargo, gracias a la continua expansión y el uso mejorado de los drones, el Departamento de Agricultura desplegó estos dispositivos en la zona y pudo confirmar qué cultivos necesitaban agua y dónde estaban ubicados. Al no tener que evaluar la situación en persona, el Gobierno ahorró tiempo y recursos. Esto también supuso que el personal sobre el terreno y el personal técnico pudieran intercambiar información y analizar la situación de manera más sencilla, lo cual les permitió prestar ayuda de forma más rápida y asignar mejor los recursos.
Construir un planeta sostenible para las generaciones futuras resulta imposible sin innovación. En numerosos proyectos en todo el mundo, la FAO, junto con los países, está resolviendo problemas agrícolas persistentes con nuevas tecnologías y enfoques novedosos. Los drones son solo una de las tecnologías que pueden ayudarnos a modernizar y ampliar la escala de la innovación en el sector agrícola, lo cual permitirá construir un planeta más sostenible para todos.
fao.org