Descontaminar Irak después de la guerra es uno de los mayores desafíos que enfrentan el PNUMA y sus socios en ese país. Conozca más sobre esta iniciativa en el marco del Día Internacional para la prevención de la explotación del medio ambiente en la guerra y los conflictos armados, que se conmemora cada 6 de noviembre.

Vastas columnas de humo negro que subían hacia el cielo y bloqueaban la luz del sol. Petróleo crudo que fluía por las calles. Estas fueron algunas de las huellas ambientales dejadas por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS o Dáesh) en el norte y el oeste de Irak.

Los combatientes incendiaron pozos de petróleo y reservas minerales, especialmente durante la ofensiva de Mosul en la primavera de 2016. También hicieron explotar presas de agua. Las nubes de humo eran tan espesas que el día se convirtió en noche.

Esto duró semanas. A pesar del calor abrasador de mediados de verano, los lugareños lo llamaron el «invierno de Dáesh». En ningún lugar esto fue más visible que en Qayyarah, una ciudad de unos 25.000 habitantes junto al río Tigris, a unos 60 kilómetros al sur de Mosul.

Cuatro años después, los residentes continúan sufriendo, aunque lentamente la vida está mejorando. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sus socios apoyan una limpieza en estas zonas contaminadas por petróleo.

“No debemos olvidar que la gente sigue sufriendo a causa de esta contaminación. No debemos perder de vista cómo esto alimenta la incertidumbre y la ansiedad sobre su salud y sus medios de vida”, dijo la representante especial adjunta del Secretario General de las Naciones Unidas para Irak y coordinadora residente de la ONU, Irena Vojáčková-Sollorano.

“El medio ambiente ha sido durante mucho tiempo una víctima silenciosa de las décadas de conflicto en Irak. Es importante que se limpien las áreas contaminadas para que las personas puedan vivir en sus hogares con seguridad y dignidad”, añadió Vojáčková-Sollorano.

«El PNUMA está colaborando con los ministerios de petróleo y medio ambiente de Irak para probar una serie de técnicas de limpieza en sitios contaminados con petróleo. Estas técnicas aprovechan las bacterias naturales del suelo para descontaminar la tierra «, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.

La retroalimentación inicial del Ministerio de Medio Ambiente reporta una tasa de éxito de 77% con el uso de tales técnicas.

Si bien inicialmente una parte sustancial del petróleo se había solidificado, muchos de estos derrames volvieron a su forma líquida bajo las elevadas temperaturas veraniegas de Irak, que pueden superar los 50˚C.

Oil field
Campos petrolíferos quemados por combatientes del Estado Islámico en Qayyarah, al sur de Mosul, Irak, el 23 de noviembre de 2016. REUTERS / Goran Tomasevic

Cada año, se han formado una vez más estas grandes piscinas de petróleo en medio de los barrios de Qayyarah. La gente no ha tenido más remedio que seguir cultivando y pastoreando su ganado en tierras visiblemente contaminadas por petróleo.

«Las soluciones de biorremediación que estamos implementando en Irak y que son asequibles deben ampliarse masivamente para que las personas que viven en áreas contaminadas puedan reconstruir y prosperar», añadió Andersen.

El Ministerio de Medio Ambiente de Irak también está colaborando con compañías petroleras para limpiar sitios contaminados con petróleo en tres lugares, incluyendo las principales regiones productoras de petróleo del sur de Irak. Además, ha otorgado licencias a empresas privadas para realizar trabajos de biorremediación.

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