MILÁN – Cerramos el año con una dulce victoria, la séptima consecutiva en la liga. Misión cumplida para el Inter, implacable también en el Bentegodi, en un partido complicado como se esperaba, pero gratificante en el resultado y en la tabla. Las anotaciones fueron de Lautaro y Skriniar, que volvió a marcar casi tres años después de su último tanto con los nerazzurri. El Inter vence 2-1 al Hellas y lo hace en la segunda parte con su habitual marcha extra, en una segunda parte en la que se pudo apreciar en su mejor momento todas las cualidades de los nerazzurri, tras el bloqueo de los primeros 45 minutos en un duelo muy táctico.
Sin centro delanteros reales, Juric puso su 3-4-2-1 con Colley y Salcedo que alternando en el papel de falso nueve. El esquema es clásico y definido: el de ir a presionar alto a los nerazzurri y sofocar el juego del rival. Conte por primera vez esta temporada pone a Perisic como a la ofensiva, en un tridente con Lautaro y Lukaku. El 3-4-3 ve a Hakimi y Young por las bandas, con Brozovic y Barella en el medio campo.
Partido complicado, como se mencionó, con pocas oportunidades en la primera parte. Los intentos del Inter llegan principalmente por la izquierda, primero con un disparo de Young y luego con un destello de Lukaku, asistencia al centro para Lautaro y derechazo con una gran respuesta de Silvestri. El Verona es cuidados, pero hace poco daño. La mayor oportunidad, sin embargo, la encuentra el equipo de Juric con Dimarco que obliga a Handanovic a realizar una gran intervención en un mano a mano al minuto 26.
El Inter puso la marcha extra justo después de la pausa. Las revoluciones de Hakimi por la derecha comienzan a ser un grave problema para el Verona, que se desgasta físicamente al mismo tiempo que el extremo marroquí empieza a crecer en el juego. El gol de los nerazzurri fue una obra maestra: centro de Hakimi desde la derecha y llegada asombrosa de Lautaro. Un gesto clásico de Toro, como el que pegó en el poste ante el Borussia: esta vez la volea tiene mejor resutlado, golpea el segundo palo y se mete en la portería.
Sin embargo, el gol de Toro no le da confianza a los nerazzurri. El Verona, astutamente, encuentra el empate: un centro de Faraoni y una desatención de Handanovic, que no pudo agarrar el balón. Ilic, que acaba de llegar, se adelanta y marca el 1-1. Sin embargo, no es una tarde para dejar puntos en el camino. La fe del Inter por encontrar la victoria es feroz y se traduce en otro gol clásico de esta temporada: balón movido en saque de esquina como en Cagliari, centro de Brozovic al segundo palo y cabezazo de Skriniar para el 2-1. El eslovaco llevaba 1033 días sin marcar en la Serie A, fue febrero de 2018, ante el Benevento.
El Verona no tiene fuerzas para atacar al Inter, aunque no se rinde hasta el final. Dimarco lo intenta de tiro libre, el equipo de Conte vuelve contragolpear con Hakimi, que se apoya en un Lukaku monumental, capaz de dictar el ritmo, marcando el tercero que luego es invalidado.
Así termina el 2020 como empezó: con victoria a domicilio. Del Napoli 1-3 Inter del 6 de enero al 1-2 en Bentegodi. 51 partidos, 109 goles. Pero lo que más importa son los 33 puntos en la clasificación. El 3 de enero volvemos al campo, en San Siro, contra el Crotone. La marcha debe continuar.
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