Hace unos años, para ser exactos en 1979, el adolescente Jadav “Molai” Payeng sembró semillas a lo largo de un banco de arena estéril. Ahora toda la zona es un fabuloso bosque que protege la vida silvestre, pero ¿por qué un joven plantaría un ecosistema forestal?
Todo inició cuando en la región de Assam, al norte de India, las lluvias arrastraron a las serpientes dejando cientos de reptiles sin vida a la orilla del banco de arena. Jadav pensaba que las serpientes habían muerto de calor y ahogamiento, ya que no había árboles que las protegieran del suceso.
Después de las grandes inundaciones, muchos aseguraron que nada crecería en medio de la arena. Ninguna planta podría sobrevivir a esas feroces condiciones, sin embargo, el adolescente pensó distinto.
A sus 16 años Jadav comenzó a sembrar bambú sin ayuda de nadie. Ahora, el joven, quien ya se convirtió en adulto y con 47 años, es testigo de la resiliencia de la naturaleza. La dedicación de Jadav tardó años en dar frutos, pero el bosque resurgió y ahora la vida silvestre tiene un refugio seguro.
Un nuevo bosque crece para la vida silvestre
Después de dar vida a este ecosistema forestal, Jadav disfruta observar las especies que viven en el bosque sembrado. Desde hormigas, serpientes, elefantes, tigres, rinocerontes y otros animales se regocijan en un espacio natural y libre.
Pronto, el banco de arena que no producía ni una pizca de sombra se transformó en un entorno autónomo e ideal para una variedad de criaturas maravillosas. El bosque conocido como Molai cada vez refugia a más y más especies que podrían estar expuestas a la pérdida.
Durante 30 años Jadav ofreció su dedicación a la naturaleza y, en contra de todos los pronósticos, ésta le ofreció un paraíso natural estable y próspero. Una vez más con ayuda de la mano del ser humano, un ecosistema crece y se fortalece.
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