Douglas Marín.- Una empresa construye un barco de madera en Costa Rica que será impulsado por el viento y un motor eléctrico y pretende ser un precedente “verde” en la industria del transporte marítimo de carga y demostrar que es posible operar sin gases contaminantes.
Danielle Doggett, fundadora de la empresa Sailcargo, y desarrolladora del proyecto, dijo a Efe que el barco denominado Ceiba, en honor a un árbol sagrado para los indígenas mesoamericanos, está valorado en 4,2 millones de dólares aportados por inversionistas internacionales.
Un barco sin emisiones contaminantes
La obra se construye según un cronograma en Punta Morales, provincia de Puntarenas (Pacífico) desde hace dos años, y en él trabajan unas 35 personas, la mitad locales y la otra mitad especialistas extranjeros en este tipo de embarcaciones, provenientes de países europeos, en su mayoría.Según Doggett, está previsto que zarpe en dos años más, y será el velero de carga más grande del mundo y además servirá como un ejemplo de que es posible que la industria se desarrolle con fuentes y tecnologías limpias.
“Es extremadamente especial. Nos preocupamos por el planeta la gente y las finanzas. Esperamos dar un ejemplo y sentar un gran precedente para otras empresas alrededor del mundo”, comentó Doggett, de nacionalidad canadiense.
La representante de la empresa comentó que este será el barco más grande que se haya construido en Costa Rica, contará con tres mástiles, un motor eléctrico que se cargará con energía eólica y tendrá la capacidad para cargar 350 metros cúbicos de productos, lo que equivale a 9 contenedores.
Según los desarrolladores, este barco de 46 metros de largo y 33,5 metros de altura, será capaz de navegar a cualquier parte del mundo con espacio para 24 tripulantes.
Doggett señaló que se decidieron por Costa Rica para desarrollar este proyecto debido a que se trata de un país que impulsa la protección del medioambiente y las energías limpias.
En este barco trabajan desde carpinteros hasta ingenieros que bajo el calor de la costa del Pacífico van dando forma, poco a poco, a esta nave de la que por ahora es posible apreciar su “esqueleto”.
Impulsar cambios en la industria del transporte marítimo
En el sitio de construcción, la empresa ha elaborado algunas de las herramientas e implementos necesarios para darle vida a Ceiba, que tendrá la misión de impulsar un cambio en la industria del transporte marítimo de carga para reducir el uso de combustibles y proteger la salud de los océanos.
El “astillero verde” donde se construye la nave se encuentra en la pequeña comunidad costera de Punta Morales, provincia de Puntarenas, unos 150 kilómetros al suroeste de San José.
El astillero pretende también enviar un mensaje ambiental con sus jardines, zonas de plantación de árboles, oficinas prácticamente al aire libre y sus talleres de madera donde se dan forma a las enormes piezas que son colocadas muchas veces utilizando solo cuerdas y la fuerza humana, como siglos atrás.
El proyecto también tiene un apartado social, mediante el cual colabora con la comunidad que aloja el astillero verde.
El objetivo es que en 2022 Ceiba esté listo para zarpar y promover un cambio hacia una industria descarbonizada y resiliente, lo que, según los impulsores de la iniciativa, es una de las tareas más urgentes de la era actual. EFEverde