“Cometimos errores en un partido que habíamos iniciado muy bien, con control y buena movilidad de pelota, con llegadas que vinieron a través del buen juego. Palmeiras estaba relegado, tratando de aprovechar los contragolpes. Hasta el gol, que fue una jugada aislada, no habían prácticamente hecho nada. Y nosotros teníamos el dominio”, indicó Marcelo Gallardo en conferencia de prensa en Avellaneda.

El DT agregó: “Hay que digerir el golpe, que fue totalmente inesperado, y vamos a tener que reponernos mentalmente para encarar el partido de vuelta con una intención como la que tenemos siempre, de ir a buscarlo. Podemos convertir, pero si cometemos errores a nivel grupal podemos sufrir como sufrimos esta noche. Tendremos que tener una noche épica de esas que existen en el fútbol y se dan de vez en cuando, pero existen. Nos aferraremos a eso. Limpiar nuestras cabezas, digerir este sabor amargo e ir por esa épica, no queda otra. Hay que pensarlo de esa manera”.

Gallardo apuntó: “Es una noche fácil para caer en la crítica cuando vos sufrís como sufriste hoy, con las ventajas que dimos. No voy a entrar en esa. Justifico la derrota a través de hacernos cargo de los errores que cometimos y no solemos cometerlos. Siempre hay una intención muy clara de ir en busca de los partidos y esos riesgos a veces se pagan. En una instancia decisiva, los pagás caro. Sería muy fácil caer en que no hicimos goles y nos convirtieron fácil, cuando generalmente eso no sucede”.

“Asumo la responsabilidad como conductor de este equipo y haremos una autocrítica para adentro, mantener la mente fría en estos momentos e intentar tener una noche que uno sueña en el fútbol y tener la ilusión de ponernos en el partido. Yo creo que sí, pero si nos va a alcanzar, no lo sé. Tendremos que ser muy efectivos”, continuó Gallardo.

Por último, cerró: “Nosotros tenemos que aferrarnos a lo que somos, a lo que nos dio la convicción y la seguridad de habernos sostenido con muchísima entereza en la victoria, en la derrota. Y no dejar de competir de una manera digna, es un equipo que es respetado en toda Sudamérica por una forma de jugar, por una manera de respetar nuestro estilo de juego. A veces, tenés noches como esta y trataremos de digerirlo. A partir de ahí, empezar a preparar un partido que no será fácil, pero todo puede pasar”.

Con mucha autoridad y presencia, River salió a jugar decidido en el campo rival. Fue así que dominó claramente en gran parte del primer tiempo y generó situaciones de riesgo apenas comenzado el partido: primero, tras una jugada colectiva por izquierda, Rafael Borré remató alto de zurda. Luego, tras una combinación entre el delantero colombiano y Matías Suárez, el 7 asistió a Jorge Carrascal, pero una gran reacción de Weverton le ahogó el gol.

River continuó jugando, presionando arriba y le impedía respirar a Palmeiras, que esperaba en su campo. Nicolás De La Cruz tuvo una por derecha, pero su centro bajo no encontró a un compañero. Luego, Gonzalo Montiel habilitó a Borré y el goleador no logró conectar con comodidad para abrir el marcador.

En la primera llegada de peligro del rival, tras una salida corta de Franco Armani, Rony controló en el área y remató cruzado para el 1-0. River sintió el golpe, pero igual siguió yendo en busca del empate. Cerca del final, tras un buen centro cruzado de Carrascal, la defensa rival desvió cuando entraban Suárez y Borré por el corazón del área. En otra clarísima, Nacho Fernández reventó el travesaño con un tiro libre frontal.

El inicio del complemento encontró a un River desacomodado en defensa, Adriano ganó en carrera y definió abajo para el sorpresivo 2-0, con tan sólo dos llegadas. El Millonario fue por el descuento y lo tuvo en situaciones clarísimas: cabezazo de Borré que tapó el arquero y otro remate de cabeza de Carrascal que se fue apenas desviado. De La Cruz también probó desde fuera del área.

En unos momentos fatales del partido, Carrascal se fue expulsado y en ese tiro libre llegó el tercero de Palmeiras, con un cabezazo de Viña. Con este resultado, River está obligado a marcar tres goles en el partido de vuelta para creer en la hazaña y en la clasificación a la final de la Copa.

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