Después de la peor nevada en medio siglo en Madrid y en amplias zonas del centro y del este peninsular, este domingo comienzan a bajar los termómetros, con temperaturas siberianas a partir del lunes. Este nuevo zarpazo del invierno llega a una capital paralizada y con algunas zonas en estado calamitoso, que tardará días en volver a normalidad. El Ayuntamiento incluso estudia solicitar la declaración de zona catastrófica, ha dicho este domingo el alcalde, José Luis Martínez-Almeida. Calles cortadas por árboles caídos y casi todas las vías, principales y secundarias, anegadas por una nieve que se convertirá en hielo salvo que un volcado masivo de sal lo impida, hospitales medio aislados y servicios de socorro a los que les resulta muy difícil moverse. Este el panorama que se abre a partir de ahora, cuando empieza una inusual y muy adversa ola de frío durante la que se puede batir la temperatura más baja jamás registrada sin que las autoridades regionales o municipales hayan trazado un plan preciso de actuación, más allá de dejar encendida la calefacción en los centros educativos. El dispositivo para enfrentarse a la nevada ya fue improvisado, con pocas quitanieves y bomberos reclutados a última hora.

En el capítulo de buenas noticias, Madrid ha recuperado este mediodía el servicio ferroviario de largo recorrido, que llevaba día y medio paralizado por las nevadas. Los trenes de la capital han viajado ya hacia Santander, Ferrol o Málaga. Sigue suspendido el nordeste, que conecta Madrid con Cataluña y Levante, así como los trenes de media distancia de y hacia Madrid. A primera hora de la tarde, Cercanías de Madrid ha reabierto parte de la C5 . El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha dicho esta tarde que las líneas de cercanías C2, C3, C8 ya han recuperado su funcionamiento y este lunes lo harán la C10, C4 y el resto de la C5. Sin coche, ni autobuses urbanos o interurbanos, el metro, que volverá a abrir toda la noche, será prácticamente el único transporte para los cinco millones de habitantes de la capital y su área metropolitana.

El aeropuerto de Barajas ha comenzado lentamente a estar operativo a lo largo de la tarde. La noche del sábado, explican fuentes de Aena, se despejaron dos de las cuatro pistas ―el mínimo necesario― y de madrugada, la UME ha ayudado a despejar el estacionamiento de aeronaves. “Si el tiempo no empeora y las labores de limpieza avanzan a buen ritmo, la intención es que los aviones desviados el sábado vuelvan para poder operar a partir del lunes”, añaden las fuentes. El sábado había 400 vuelos previstos, de los que se cancelaron 381 y se desviaron el resto. Este domingo, había unas 283 operaciones y se han anulado ya 100. En los terminales 1 y 4 quedan unos 600 pasajeros varados.

elpais.com