“Es inaceptable que el hambre esté aumentando en un momento en que el mundo desperdicia más de 1000 millones de toneladas de alimentos cada año. Ha llegado el momento de cambiar la forma en que producimos y consumimos, implementando acciones como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero”, dice el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

El secretario general convocará a una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios este año en la que se lanzarán acciones nuevas y audaces para transformar la producción y el consumo de alimentos, con el fin de avanzar hacia el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Durante décadas, los fertilizantes sintéticos, que contienen nitrógeno, fósforo y potasio, se han utilizado en todo el mundo para aumentar el rendimiento de los cultivos. Las plantas en efecto necesitan fósforo para crecer, sin embargo, usar demasiado puede dañar el medio ambiente.

Los expertos afirman que el ciclo mundial del fósforo está roto: en algunas regiones del mundo se agrega demasiado fósforo a los suelos para producir alimentos, lo que contribuye a la contaminación por nutrientes de lagos, ríos y ecosistemas costeros. En otros lugares, los agricultores no pueden acceder a suficiente fósforo para satisfacer la demanda de alimentos.

A medida que crece la población mundial, el ciclo mundial del fósforo debe ser estudiado para garantizar que haya suficientes alimentos para todos y, al mismo tiempo, se reduzcan los costosos daños ambientales.

En los lugares donde el uso de fósforo ha sido alto, las escorrentías de las tierras agrícolas y  otras fuentes han llevado a la contaminación de aguas dulces y costas por un exceso de nutrientes, un proceso llamado eutrofización.

Los seres humanos necesitamos ecosistemas costeros y de agua dulce limpios y seguros. Estos proporcionan agua potable, proteínas y medios de subsistencia a un gran número de personas. Por lo tanto, prevenir la contaminación por fósforo de estos ecosistemas frágiles es vital para el desarrollo sostenible.

La eutrofización provoca la floración de algas nocivas, que ahora pueden verse desde el espacio, y es un factor que acelera la pérdida de biodiversidad a escala mundial, el surgimiento de “zonas muertas” que amenazan la pesca y la contaminación de los suministros de agua potable.

Eutrophication
Floración de algas a lo largo de la costa de Fuzhou, provincia de Fujian, sureste de China. Foto de Reuters Connect.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otros más, como la Asociación Mundial para la Gestión de Nutrientes, están haciendo un llamado para una mejor gestión del fósforo en beneficio de las personas y el planeta.

“Los beneficios ambientales y socioeconómicos que pueden obtenerse de la gestión sostenible del fósforo mediante la reducción de la contaminación por este mineral en los lagos y sus cuencas son inmensos”, asegura Mahesh Pradhan, experto en contaminación de nutrientes del PNUMA.RELATED

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La roca fosfórica es la principal fuente de fósforo de fácil acceso para la fabricación de fertilizantes sintéticos y se ha producido en grandes cantidades desde la Segunda Guerra Mundial. Al incrementar el reciclaje de fósforo se puede aumentar la seguridad alimentaria y, al mismo tiempo, reducir los efectos nocivos en el medio ambiente.

“Ya hay señales evidentes de restricciones geopolíticas con respecto a las reservas de roca fosfórica, y es probable que se intensifiquen en el futuro”, dice un estudio publicado en el Journal of Cleaner Production. En el artículo se advierte que los efectos combinados del aumento de la demanda, la reducción de las reservas y las restricciones geopolíticas podrían resultar en una disminución sustancial de la producción y el suministro de fertilizantes químicos de fósforo en el mercado mundial.
El PNUMA participa en el proyecto Our Phosphorus Future, coordinado por el Centro de Ecología e Hidrología (CEH) del Reino Unido. El proyecto reúne a expertos de distintas partes del mundo para identificar soluciones clave que permitan alcanzar la seguridad mundial del fósforo.

“La comunidad científica está unida en la necesidad de abordar el desafío mundial del fósforo. Además de mejorar la agricultura y reducir y reciclar los desechos, optar por una alimentación sostenible será una solución fundamental. El alto consumo de carne es una de las causas del uso insostenible de nutrientes. El compromiso de los gobiernos, los consumidores y la industria con el desarrollo de un futuro más sostenible en torno al fósforo es clave”, dice el Dr. Bryan Spears del CEH del Reino Unido.

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Foto del NOAA Great Lakes Environmental Research.

Hacia una mejor gestión del fósforo

El PNUMA y los socios que trabajan el tema de la contaminación por fósforo han propuesto una serie de acciones prioritarias para afrontar este complejo problema:

  • Mejorar la gestión de fertilizantes y estiércol y minimizar la erosión del suelo, la escorrentía y la lixiviación de fósforo al agua; desarrollar enfoques de gestión de cuencas para reducir las pérdidas de este mineral en la agricultura y los desechos humanos, con objetivos claros de reducción.
  • Desarrollar infraestructura y mercados para reciclar el fósforo de los desechos.
  • Optimizar el rendimiento de los cultivos y el ganado sin añadir fósforo adicional y mediante mejores prácticas agrícolas.
  • Minimizar el desperdicio de alimentos para reducir la demanda de fertilizantes fosfatados y ahorrar dinero.
  • Reducir del consumo de productos agrícolas intensivos en fósforo (es decir, carne y productos lácteos). Una mayor adopción de dietas saludables con cantidades entre bajas y moderadas de carne y productos lácteos podría reducir radicalmente la demanda de fertilizantes minerales con fósforo y mejorar la salud humana.
  • Generar conciencia, transparencia y compromiso político para monitorear, evaluar y actuar.
  • Desarrollar políticas económicas y regulatorias que reduzcan el consumo de productos animales y la generación de desperdicios.

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