Interceptar tres veces a Tom Brady y no capitalizar los intercambios de balón fue el veneno con el que los Green Bay Packers acabaron con sus aspiraciones de avanzar al Super Bowl 55, al caer 31-26 ante los Tampa Bay Buccaneers.
De esta manera, los Bucs se convierten en el primer equipo en la historia que buscará el trofeo Vince Lombardi en su casa. La defensiva se aplicó al máximo y Brady, a pesar de las tres intercepciones, también tuvo tres pases de touchdown y 280 yardas.
Las malas decisiones hundieron a los Packers, sobre todo una: cuando Matt LaFleur no confió en su ofensiva y decidió no jugársela en cuarta oportunidad cuando faltaban dos minutos para terminar el partido. Necesitaban acercase más y los tres puntos fueron insuficientes.
Bruce Arians y su equipo por su parte, mostraron balance, pero sobre todo, entereza y golpes precisos, una resistencia a la presión tremenda y una inspiración que siempre dará tener al más grande de todos los tiempos de su lado.
Los Packers interceptaron tres veces, pero solo pudieron obtener seis puntos de ello, los Buccaneers lo hicieron en dos ocasiones y ambas las convirtieron en puntos. Esa fue una gran diferencia.
Tom Brady jugará el décimo Super Bowl de su carrera, hacerlo a los 43 años, a gran nivel y con un equipo competitivo, sin duda alguna abre las posibilidades de un séptimo anillo. Por lo pronto, el primer paso está dado.
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