El griego se corona sobre la arcilla de Montecarlo
Stefanos Tsitsipas ha conquistado su primer título ATP Masters 1000 en el Rolex Monte-Carlo Masters, tras vencer por 6-3, 6-3 al ruso Andrey Rublev en una hora y 12 minutos de juego. El griego consigue así la sexta corona ATP Tour de su carrera y uno de los trofeos más prestigiosos de su palmarés.
“Ha sido una semana increíble en Montecarlo», reconoció Tsitsipas. «No puedo describir lo que siento ahora mismo. Es increíble poder estar en esta posición ahora mismo. Ambos merecíamos estar en la final y disputar una magnífica batalla para las personas que nos podían observar. Puedo considerarlo la semana de mi vida hasta ahora».
El No. 8 mundial saltó al partido con los reflejos bien afilados, consciente de enfrentar a uno de los rivales con mayor ritmo del momento. Líder de victorias en la temporada (24), ganador en sus últimas siete finales y habiendo dejado al 11 veces campeón Rafael Nadal por el camino, el ruso aspiraba a conquistar la mayor corona de su vida. Unos avales suficientes para que Stefanos tomara el partido con una enorme prudencia.
El jugador de Atenas mostró una gran compostura desde el inicio y no tardó en marcar diferencias. Con un rápido juego de pies en el fondo de pista, Tsitsipas protegió con ambición una arcilla pesada por la humedad del día. La primera manga fue una batalla tan igualada como carente de oportunidades. El griego aprovechó la única pelota de rotura del parcial al conectar un fuerte revés paralelo, uno de sus golpes insignia, para arrebatar al ruso su primer turno de servicio. La ventaja de 2-0 fue protegida hasta el final en una manga de intensa pelea.
El griego consiguió contener a uno de los jugadores más imponentes del circuito. Si Rublev había sembrado el caos con su derecha, un golpe tan preciso como imponente, Tsitsipas se encargó de convivir con ese peligro. Los golpes invertidos de Andrey, el epílogo de tantos puntos durante la semana, se encontraron con el revés a una mano de Stefanos, capaz de amortiguar cada acometida con una exquisita técnica. Cuando el ruso buscó la variante cruzada, el latigazo más feroz de todos, la envergadura del griego también ofreció respuesta desde la derecha.
Con un nivel claramente ascendente del ruso, la presión se multiplicó en manos de Tsitsipas. La oportunidad de conquistar su primer ATP Masters 1000 no le apartó del rumbo y el griego consiguió torcer de nuevo la mano de Rublev. Con 1-1 en el segundo parcial, un tembloroso segundo servicio del ruso fue restado con profundidad por Tsitsipas. Sin la posición forzada pero con una tensión enorme, Andrey mandó fuera de la pista un inocente revés cruzado.
Tsitsipas aprovechó la tesitura para lanzarse a por la victoria sin mirar atrás. El griego culminó un triunfo fantástico al resto, aprovechando las tres pelotas de rotura del partido, cuando un agresivo revés cruzado de Rublev volvió a morir en el pasillo de dobles. Con una sonrisa en la cara y los brazos alzados al cielo de Montecarlo, Stefanos completó una de las grandes semanas de su vida en el circuito.
«Sabía que iba a ser un rival muy complicado de enfrentar. Había muchos nervios camino de este partido. Hemos jugado partidos en el pasado y siempre nos exigimos lo mejor el uno al otro. Jugar con Andrey era algo complicado hoy, todavía más teniendo en cuenta que era la final. Estoy orgulloso por la manera que he gestionado el partido”.
Se trata del segundo título ATP Tour sobre tierra batida para el heleno, tras el conquistado en el Millenium Estoril Open durante la temporada 2019. En un claro dominio sobre la superficie más lenta del circuito, Tsitsipas también es vigente semifinalista de Roland Garros.
“La temporada de tierra batida no podría empezar mejor», cerró Stefanos. «Ganar mi primer Masters 1000 en mi hogar, en Montecarlo, y hacerlo en arcilla, mi superficie favorita, lo hace todavía más especial”.
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