Se implementan 38 hectáreas de árboles frutales y maderables en suelos degradados, lo que genera bosques de comida en territorios indígenas amazónicos.

• En la zona de amortiguación de la Serranía de Chiribiquete dos comunidades revisan su plan de manejo ambiental, involucran a los niños y trabajan por la seguridad alimentaria y su pervivencia.

Bogotá D. C., 18 de mayo 2021 -MADS-. En la zona de amortiguación del Parque Nacional Serranía de Chiribiquete habitan las comunidades indígenas coreguaje y macaguaje, que decidieron restaurar los suelos degradados con árboles frutales y maderables.

Limones, uvas caimaronas, guamas, marañones, chontaduros, caimos y otros frutales amazónicos hacen parte de estos bosques de comida que empezarán a dar frutos de 4 a 5 años. Eso esperan las familias indígenas que al frente de sus comunidades emprendieron esta titánica tarea y que a la fecha han sembrado 16.900 árboles en 30 chagras (espacios para cultivar).

Cada comunidad destinó entre 1 y 2 hectáreas para hacer su chagra, con la ilusión a largo plazo de tener alimentos para compartir en comunidad. Aspiran a que en 20 años sigan teniendo frutos como el asaí o milpes para alimentar a los suyos.

Coreguajes y macaguajes: saben trabajar en familia

Los hombres alistaron el terreno e hicieron los huecos, las mujeres y los niños sembraron los árboles, y juntos revisan permanentemente el avance de los arbolitos. Aprendieron sobre monitoreo y miden la altura y el grosor de cada especie con cierta periodicidad, garantizando así alimentos indispensables en la dieta indígena.

El proyecto Fortalecimiento del Gobierno Propio, Producción y Economía para la Conservación de los Territorios Indígenas Coreguaje y Macaguaje, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través del programa Visión Amazonía dotó a las comunidades con herramientas necesarias para las siembras.

También formó a los monitores, que son miembros de la comunidad que replican en los idiomas indígenas los conocimientos adquiridos en talleres y capacitaciones que recibieron para implementar todas las acciones del proyecto, algunas sobre monitoreo y seguimiento de cada una de las especies sembradas.

Además, los monitores lideran la actividad en cada comunidad, acompañan la revisión de los acuerdos de conservación, acuerdos interculturales entre vecinos del resguardo y el resguardo, y los planes de manejo ambiental.

Dentro del diagnóstico de la línea base y la revisión de planes de manejo existentes en cada comunidad se identificó, de manera participativa, la necesidad de tener un documento de plan de manejo ambiental del territorio en versión para niños, que incluya un producto que sea entendible para ellos y que pueda ser entregado a las escuelas de territorios indígenas.

“Incluir a los niños fue una excelente idea. Desde que les hablamos del plan de manejo ambiental para niños, han estado dibujando cómo quisieran tener su territorio; ya hablan de la modificación del paisaje en los últimos años y participan en el mambeadero (espacio de la maloca destinado a reuniones) con sus padres sobre la visión del territorio para los próximos años, cuando ya los árboles estén dando frutos. Es una tarea de gestión que tiene la asociación para lograr que esta herramienta pedagógica ambiental sea elaborada y apropiada”, expresó Leidy Sofía Cumaco, coordinadora de este proyecto del pilar número 4 de Visión Amazonía, que administra los recursos destinados a los pueblos indígenas.

De hecho, Cumaco es una ingeniera agroecóloga que tiene sus raíces en la etnia pijao. Como mujer y profesional, se siente muy orgullosa tanto de trabajar con comunidades indígenas de la Amazonía como de los resultados de este proyecto.

“Además de orgullosa, estoy feliz con la comunidad, porque ahora tenemos organizaciones aliadas para cada sector y según su experticia para cada línea de objetivo del proyecto. Sabemos que el convenio termina en junio, pero buscamos aliarnos con las organizaciones para que el proceso no quede huérfano. Así que enganchamos cada acción con las organizaciones y las comunidades, buscando continuidad y apostándole a la seguridad alimentaria, pero también al fortalecimiento de la gobernanza ambiental y la recuperación de suelos y bosques”, manifestó la coordinadora.

Las comunidades coreguaje y macaguaje habitan los municipios de Milán y Solano, en Caquetá, y Puerto Leguízamo, en Putumayo; hacen uso sostenible de los recursos naturales, conservan su territorio, los bosques y las áreas de protección. Son aliadas en el propósito de evitar la deforestación de la Amazonía colombiana.

Sobre Visión Amazonía

Es el programa del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para la reducción de la deforestación en la Amazonía. Nació en 2016 gracias a la cooperación internacional de países como Noruega, Alemania, Reino Unido. El programa cuenta con cinco pilares de trabajo, entre estos el de Gobernanza Forestal con Pueblos Indígenas, que promueve la gobernanza ambiental indígena con respeto a las prácticas tradicionales, garantiza la diversidad cultural y la conservación de los bosques en sus territorios.

minambiente.gov.co