Por Lourdes Uquillas.- Chopos transgénicos, más resistentes a las sequías y la salinidad, se plantean como una alternativa al avance del desierto en zonas de Asia y África y para proporcionar medios de vida a los habitantes de estas zonas más empobrecidas biológica y económicamente, explica el profesor Víctor Resco de Dios.
Resco de Dios, catedrático de Biología Forestal en las universidades de Southwest University of Science and Technology en Mianyang (Sichuan, China) y de Lleida, señala en entrevista con EFE que aunque los árboles transgénicos están aún en estudio, podrían ayudar en un futuro a “detener el avance del desierto en Asia Central o en el Sahel (África), entre otras áreas del planeta”.
Chopos transgénicos para detener el avance del desierto
Los chopos (Populus) son árboles de crecimiento rápido, pueden llegar a medir hasta 30 metros aproximadamente, según la especie, y se encuentra en Europa, América del Norte, África y ciertas áreas de Asia, como China o Kazajistán.
El estudio que se lleva a cabo en la Southwest University busca, además de detener al desierto, proporcionar a la población local medios de subsistencia y de vida, porque “la gente que vive entre el desierto y el límite de zonas arboladas son personas de sectores muy marginales”.
“Se necesitan árboles para luchar contra la sequía y, a la vez, proporcionen suficientes medios como leña a la población local”, y que no suponga la deforestación de la poca vegetación que pueda quedar en esas áreas geográficas.
Los investigadores trabajan con dos variedades de chopo: el Populus euphratica y el Populus tomentosa. El primero es una variedad muy resistente a la sequía y a la salinidad, características de los desiertos de Asia, mientras que la segunda se caracteriza por su rápido crecimiento.
La investigación, ‘El gen de la enzima de biosíntesis de brasinoesteroides PeCPD mejora el crecimiento de plantas y la tolerancia a la sal en Populus tomentosa’, publicada en la revista Industrial Crops and Products, demuestra que la modificación de un gen puede mejorar la altura y la calidad de la madera, así como hacer a la especie más resistente a condiciones más adversas como la salinidad y la falta de nutrientes en el suelo.
Árboles más resistentes a la sequía y la salinidad
El trabajo “se encuentra en fase experimental y aún faltan las pruebas de campo”, según Resco de Dios, investigador en Ecología forestal, no obstante, podría ser la solución para muchas zonas afectadas por la sequía.
El experimento ha consistido en introducir en la variedad Populus tomentosa uno de los genes característicos de la gran resistencia a la sequía que se le atribuye al Populus euphratica, “una especie que crece poco”. Ese gen, según el investigador, es un potenciador de “los brasinosteroides, una hormona que fomenta el crecimiento y la supervivencia bajo condiciones de estrés”.
Castaños transgénicos
Los resultados se podrán conocer en unos años, pero no es el único estudio que se lleva a cabo con árboles transgénicos. En Estados Unidos, el Fondo de Defensa Ambiental lleva algunos años trabajando con ejemplares modificados genéticamente para la restauración de la especie (Castanea dentata), una especie nativa de América del Norte.
El Departamento de Agricultura está estudiando su introducción después de que estos castaños sufrieran en 1900 el ataque de un hongo, el conocido como ‘tizón’ del castaño proveniente de Asia, que apareció en el zoológico del Bronx, en Nueva York, y se propagó con rapidez provocando la práctica desaparición de los castaños americanos a mediados del siglo pasado.
“No es una solución mágica, estamos intentando plantear un abanico de soluciones” y los chopos transgénicos podrían en un futuro formar parte de proyectos para la restauración de espacios afectados por la erosión del suelo y la sequía y sería aptos para cualquier continente, según el catedrático de la Universidad de Lleida.
En España se podrían introducir estos chopos, a pesar de que están siendo estudiados para Asia y África, porque aquí no se dan condiciones tan severas como en esas zonas, sin embargo, su posible introducción “es algo que debe evaluar el gestor en cada sitio”.
El camino aún es largo porque este tipo de árboles tendrán que pasar por una serie de estudios, certificaciones y aprobaciones, aunque Estados Unidos, China y Brasil han introducido algunas especies para su utilización en huertos frutales, la utilización como biocombustibles y proyectos de forestación.
Además de las certificaciones científicas este tipo de cultivos deberán pasar una serie de cuestionamientos éticos y culturales. No obstante, Resco de Dios recuerda que “es mejor prevenir que lamentar” y los chopos podrían servir para la detención del avance del desierto. EFEverde