La sobreexplotación de acuíferos y el cambio climático aceleran la desertización y ponen en peligro la producción de alimentos, coinciden varios expertos consultados por EFE coincidiendo con la celebración este jueves del Día Mundial de la Desertificación y la Sequía.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la actividad humana ha alterado “tres cuartas partes de la Tierra”, siendo necesaria de manera “urgente” la recuperación del ecosistema degradado que también afecta a otras especies.

En España, “la sobreexplotación de acuíferos, las lluvias torrenciales, los incendios forestales y los largos periodos de sequía ponen al 74 % del territorio en riesgo de desertificación”, sostiene el director de la Asociación Reforesta, Miguel Ángel Ortega.

Desertificación

España ha pasado de ser subhúmeda-seca a semiárida, “y eso es un proceso inducido por el calentamiento global”, añade.

Sin embargo, según la responsable del proyectos de cambio climático y meteorología en la Fundación para la Investigación del Clima, Emma Gaitán, la degradación de la tierra es uno “de los problemas más graves a escala mundial”; no solo se trata de una “crisis climática”, sino de una “crisis socio económica” a la que “no se le está prestando atención”.

Uno de los problemas que agrava la desertificación es la producción de alimentos debido a la escasez de agua y los agricultores son “los que más van a sufrir esta situación”, debido a que el terreno se está “degradando progresivamente”, advierte el investigador del Centro de Desertificación-CIDE, Vicente Andreu.

Para contrarrestar la situación, el investigador propone la reducción de la huella de carbono “todo lo posible”, así como adquirir productos locales y ser “responsables con el consumo de agua”.

Sin embargo, destaca que este “es un problema global” y hay problemas ambientales y económicos que “dificultan” la situación de la desertificación.

Tierras degradadas

Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), 2.000 millones de hectáreas de tierras antes productivas están ahora degradadas debido a la sequía y la escasez de agua.

Añade la FAO que el 44 % de las tierras de los sistemas agrícolas en el mundo se encuentran en zonas áridas, áreas en las que habita el 30 % de la población mundial, en más de 100 países.

Otra de las soluciones que plantean los expertos es la reforestación de las zonas donde es más probable que la plantación sobreviva, aunque “con el aumento de las temperaturas, es complicado replantar y que la vegetación salga adelante”.

Sequía

El director de investigación y desarrollo de la Fundación para la Investigación del Clima, Roberto Monjo, indica que la sequía “es otro de los problemas que aceleran la degradación del terreno”.

El científico asegura a Efe que la predicción de este fenómeno meteorológico sirve para “predecir comportamientos de sequía y analizar el cambio climático”, que se está acelerando, lo que se puede observar “en la prolongación de los periodos secos y la intensidad de las lluvias”.

A causa del cambio climático se está observando una “mediterranización” de los climas del norte, donde las lluvias son “un 20 o un 30 % más intensas” y los periodos secos son más largos.

La predicción estas temporadas “bruscas” permiten que la sociedad, las ciudades y, en concreto, los agricultores “se adelanten a lo que pueda ocurrir en un futuro” y tomar decisiones “tempranas”, coinciden los expertos.

Los científicos inciden en la importancia de crear una “concienciación global” y de “elaborar estrategias” para los usuarios, porque “el cambio climático ya está aquí y no somos conscientes de ello”. EFEverde