La presencia de ciertas especies de abejas de las orquídeas en lugares donde la literatura científica no las reportaba, permite actualizar la distribución de ciertas comunidades en el Parque Nacional Natural (PNN) Farallones de Cali. Previous
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Entre dichas especies está Euglossa tridentata, de la cual se tenían algunos registros solo en Centroamérica, pero cuya presencia fue una de las más abundantes y frecuentes en la zona estudiada por la ingeniera forestal Andrea del Pilar Fajardo Henao, candidata a doctora en Agroecología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira.
En esta zona también se pudieron caracterizar algunos ecosistemas alterados por el hombre (o agro-ecosistemas) compuestos por bosques secundarios, algunos cultivos –en especial de cacao– y sectores de potrero.
Esta composición del paisaje implica la división en secciones de un hábitat que alguna vez fue continuo. Esta transformación –provocada por la intervención del hombre– se realiza con el objetivo de abrir tierras de cultivo, crear pastizales para el ganado, construir carreteras o por el desarrollo urbano; el proceso se conoce como “fragmentación”.
Este es el resultado de una investigación desarrollada en un sector del municipio de Dagua, en límites con Buenaventura, ubicado en el PNN Farallones de Cali, sobre la cuenca alta y media del río Anchicayá. El estudio buscaba establecer la vinculación directa que la comunidad de abejas tiene con los diferentes fragmentos de paisaje existentes en la zona, y a partir de estos organismos generar modelos de distribución de esos hábitats, que además son un excelente bioindicador de zonas de conservación.
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“En esta zona alrededor de un 70 % del ecosistema de bosque está fragmentado, además presenta pendientes muy pronunciadas que lo hacen vulnerable a desarrollos de agricultura o de sistemas ganaderos extensivos”, señala la investigadora Fajardo.
Explica además que “los agro-ecosistemas evaluados en esta investigación tienen pendientes superiores al 20 %, es decir que son lugares de ladera que deben ser idealmente conservados, es muy difícil desarrollar agricultura sostenible en zonas de laderas tan pronunciadas”.
Cabe recordar que en los PNN los suelos, las condiciones del paisaje y la pendiente, entre otros elementos, son limitantes a la producción.
“El análisis de los resultados permitió establecer que aunque los agro-ecosistemas estudiados ofrecen cierto tipo de recursos para las abejas de las orquídeas observadas en estas zonas, limitan otros, especialmente los relacionados con alimento y recolección de algunas resinas que provienen de ciertas especies del bosque; así, algunas especies, como Euglossa mixta, se ven más en las colectas donde los índices de estructura del bosque mejoran”, señala la ingeniera forestal.
De esta forma el comportamiento de la comunidad de abejas se puede usar para el modelamiento de su distribución en función del grado de conservación de los bosques y la inclusión de prácticas agroecológicas en los agro-ecosistemas.
Mediante la Resolución n°. 092 del 15 de julio de 1968, expedida por del Incora, el PNN Farallones de Cali fue declarado como una zona de reserva ecológica, que es protegida por la importancia que tiene para la vida silvestre, la flora y la fauna que alberga.
El Parque está ubicado al suroccidente del Valle del Cauca, en jurisdicción de los municipios de Cali, Jamundí, Dagua y Buenaventura, y su extensión es de 196.364,9 ha. Esta zona protegida posee zonas entre los 200 y 4.100 msnm y temperaturas entre 5 y 25 oC; además sus condiciones naturales lo convierten en uno de los parques con mayor biodiversidad del país, por sus ambientes tanto andinos como costeros.
Naturaleza de alto valor
El concepto de naturaleza de alto valor (HNV por sus siglas en inglés) se refiere a una metodología implementada en Europa a partir del estudio de ciertos grupos de organismos –especialmente aves– que pueden ayudar a clasificar las áreas como de alto valor natural, porque les ofrecen habitáculo, alimentación, sitios de reproducción y son zonas que han estado inmersas en paisajes agrarios principalmente.
La investigadora Fajardo aplicó estos conceptos dentro de su trabajo debido a las características de país megadiverso y del trópico que posee Colombia. Estos altos valores proponen que, en ciertos tamaños de bosque y de parches de bosque se pueden mantener ciertas comunidades de organismos indicadores de su conservación, en este caso las abejas Euglossa.
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La zona de estudio abarcó 10 fincas y se hicieron colectas de muestras dos veces al año, durante 2017 y 2018.En los predios seleccionados al azar se diseñaron transectos que son líneas de muestreos caracterizados por la toma de datos en determinados recorridos prefijados. La altura máxima en las zonas de muestreo fue entre 850 y 900 m.
Los transectos tenían una longitud de 1,5 km. En el recorrido se establecieron parcelas o clusters de trampeo y colecta cada 100 m: en los primeros 10 se dejaban un cluster conformado por 5 trampas con atrayentes para Euglossa,y en los 500 m finales se dejaban 2 cluster de trampeo que incluían atrayentes para meliponas. Las trampas se dejan mínimo 20 horas en el lugar, por lo cual la recolección de las muestras se hace al día siguiente.
Los atrayentes son sustancias por las que las abejas tienen cierto gusto y las buscan en los recursos florales que visitan con frecuencia; las de la especie Euglossa, por ejemplo, son muy receptivas a los aromas que provienen del eugenol, aromas similares al eucalipto.
Algunas clases de abejas se sienten atraídas por el escatol (compuesto orgánico blanco cristalino medianamente tóxico), olores a descomposición e incluso heces fecales de animales. Otras prefieren el cineol (aceite de eucalipto) que nos recuerda aromas como la canela. Las meliponas se sienten atraídas por jarabes azucarados y aromas artificiales de miel, entre otros.
También se realizó muestreo de la vegetación, una caracterización florística para ver el tipo de estructura que tienen los parches de bosque al interior de los transectos.
“En algunos recorridos había un potrero cada 100 m, mientras en otras fincas se encontraba indiscriminadamente un potrero, un pedazo de monte, otro potrero, un pedazo de monte un poco más espeso, incluso lugares de bosque absolutamente espeso donde no entra ni la luz, entonces son condiciones del paisaje diferente”, comenta.
Para la magíster Fajardo, su trabajo de grado debería impulsar en el corto y mediano plazo el desarrollo de investigaciones sobre modelos de distribución de especies de abejas y otros insectos en áreas tan vulnerables y biodiversas como los parques nacionales, ya que la manifestación de ciertas especies puede evidenciar los niveles de conservación en estos agro-ecosistemas y así generar herramientas para su protección.
* El proyecto “Heterogeneidad de los agro-ecosistemas del Parque Nacional Natural Farallones de Cali y su diversidad de sus abejas nativas” es dirigido por la docente María Argenis Bonilla Gómez de la UNAL Sede Bogotá, doctora en Ecología, y co-dirigida por el profesor Joel Tupac Otero Ospina, doctor en Filosofía de las Ciencias Naturales, en el marco del Doctorado en Agroecología de la UNAL Sede Palmira.
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