Los países del G20 han aumentado su ambición respecto a los objetivos marcados contra el cambio climático pero todavía no están en condiciones de cumplir con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados a final de siglo, según un informe de Transparencia Climática.

Tras un breve periodo de descenso debido a la pandemia de COVID-19, las emisiones de gases de efecto invernadero están repuntando en todo el G20, y se prevé que Argentina, China, India e Indonesia superen sus niveles de emisiones de 2019.

Los planes nacionales de recorte de emisiones (NDC) de esos países permiten prever que el incremento de la temperatura será de 2,4 grados a final de siglo si no hay un mayor compromiso por parte de ese grupo de países, alertaron los autores del informe, expertos de 16 organizaciones de veinte países.En septiembre se habían presentado 13 NDC por parte del G20 y seis de ellos -Argentina, Canadá, la UE (Francia, Alemania e Italia), Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos- aportaron planes más ambiciosos de los que habían presentado anteriormente. 

Otros tres – China, Japón y Corea del Sur – propusieron metas más ambiciosas pero todavía no habían presentado sus planes nacionales.

Los mayores recortes de emisiones corresponden a los planes presentados por Estados Unidos y de los países de la UE, así como el anunciado de China: “esto es prometedor porque están entre los países con mayores emisiones entre los del G20”, constata el informe.

Sin embargo, Australia, Brasil, Indonesia, México y Rusia han presentado planes nacionales sin cambios y en el caso brasileño y mexicano se ha detectado una variación de sus objetivos que debilitan sus NDC “y provocará un aumento de las emisiones en 2030”.G20 GHG emissions per sector. Aleksandra Zebrowska

G20 GHG emissions per sector. Aleksandra Zebrowska

Lejos del objetivo

Todos los NDC actualizados, presentados y anunciados hasta abril pasado se quedan unas 23 gigatoneladas de CO2 lejos del objetivo de los 1,5 grados, según el informe, que precisa que al G20 le corresponden dos tercios de esa desviación.

Y añade que si todos los miembros del G20 reforzaran sus planes con programas nacionales compatibles con ese objetivo y se comprometieran a alcanzar cero emisiones netas en 2050 -con un mayor esfuerzo de los más desarrollados – se podría reducir esa desviación en un 64 %.

Los expertos autores del informe recuerdan que la transición energética es fundamental para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones incluidos en el Acuerdo de París y con vistas a la celebración el próximo noviembre en Glasgow (Reino Unido) de la Cumbre del Clima (COP26).

Constatan que en 2020 el 80,8 % de la energía primaria disponible tuvo origen fósil en el G20 y que ese porcentaje aumentará ligeramente este año, mientras que aumenta el consumo de gas, que es “un puente hacia ninguna parte”, según el estudio.

La dependencia de los combustibles fósiles de los países más ricos del mundo se mantiene. EE.UU., China e India impulsan el crecimiento previsto del consumo de carbón. Los gobiernos sólo gastaron 300.000 millones de dólares del total de 1,8 billones de dólares en la recuperación ecológica, ignorando el rápido crecimiento de las industrias ecológicas en los últimos años.

“Priorizar inversiones en energías renovables”

El informe de Transparencia Climática señala algunos avances positivos, como el crecimiento de la energía solar y eólica entre los miembros del G20, con nuevos récords de capacidad instalada en 2020. Sin embargo, los expertos señalan que, aparte del Reino Unido, los miembros del G20 no tienen estrategias ni a corto ni a largo plazo para lograr el 100% de energías renovables en el sector eléctrico para 2050.

“Los miembros del G20 tiene que priorizar las inversiones en energías renovables (…) y acelerar el abandono del carbón”, estiman los expertos.

En el ámbito del transporte, piden que los países del G20 apliquen políticas de cambio hacia combustibles bajos en carbono, de mayor electrificación y que, por ejemplo, se prohíba la venta en 2035 de vehículos con motores de combustión interna.

Con respecto a la construcción, instan a reducir la demanda energética de los edificios y exigir que todas los nuevos cumplan con estándares de eficiencia y cuenten con tecnologías que sean o puedan ser de emisión cero.

En el uso del territorio, piden que se apliquen objetivos y políticas de deforestación cero y que se impulsen infraestructuras que respeten los bosques; y en agricultura recomiendan propiciar la transición desde una producción dirigida hacia dietas alimenticias basadas en la carne a otras basadas en las plantas. EFEverde